Después de sortear las vicisitudes propias de la humana naturaleza, Genífaro Gibralfaro entró en la vida pública como gran promesa que el tiempo se encargó de echar por tierra. Cuando Genífaro estaba para el arrastre y era ya indiferente su existencia vino un acontecimiento que nos habría de sorprender a todos. Y es que teníamos en la villa un conspicuo escritor que nos puso en el mapa por casualidad. De esta manera la población en sus últimos estertores experimentó un renacimiento que habría de incidir primero en la comarca, más tarde en la región, extendiéndose finalmente por todo el país y el mundo: una corriente de amor puro. Una corriente de amor puro que acabaría con el odio y los conflictos. Y era que había ideado Genífaro una forma de humor nuevo que a nadie zahería y del que todos empezaron a disfrutar. Bastaba con asomarse a sus páginas para comprobar que era posible la diversión sin el menoscabo de alguien. Inédita historia pues hasta el momento la risa llevaba aparejada siempre algún rehén. Esta nueva forma de humor blanco incidía en la naturaleza humana en general y no en nadie en particular que principiaba con el chiste de aquel que se había buscado por todos los rincones del mundo y se había encontrado finalmente...( pero no les destripo la historia). El hombre que salvó el mundo es su libro si lo quieren leer.