EL PSICÓPATA
ROMPIENDO BARRERAS
Rompiendo la gran barrera del destino,
dejando mejor al optimismo actuar,
quien este sea quien lleve mi camino
mi lado que lucha por lograr algo más.
Mi nombre es Leonardo y tengo 10,
y una barrera que no deja largar,
esto que tengo de cabeza hasta pies,
una gran ira muy fácil de ocultar.
Ira porque me discriminen por mis 10,
soy esclavo de la misma esclavitud,
pues los gobernantes los tienen a sus pies,
mi ira nace por esa ineptitud.
¿Cómo puedo ver esta barrea?
aunque me comporte superior al resto,
que lo noten el resto no hay manera,
a la vez soy superior y soy inferior.
Yo puedo ver cada error que cometen,
pero mi fuerza física me evita,
hacer que la gente ante mí lamenten,
la gran barrera que ante mí suscitan.
¡Espera! Sé cómo romper la barrera,
yo romperé mi barrera interior,
y así de esta grandiosa manera,
ante la barrera seré el vencedor.
El problema no es el mundo, sino yo,
soy esclavo porque pienso como uno,
solo practica lo que vio o escuchó,
el esclavo jamás piensa en profundo.
Mejor yo romperé todas las barreras,
mis padres me dijeron que los siguiera,
lo hice pues no tenía mas manera,
parecen más fuerte pero si murieran.
Me quedaría sin alimento valla,
por lo que tengo que empezar por el fin,
solo espero manera de comer halla,
evitar la policía también es fin.
Veamos las cadenas de los eventos,
solucionaré cada uno primero,
así evitaré luego los tormentos,
y claro, si rompo un tabú lo niego.
Nueve de diciembre del dos mil catorce,
día que muere la familia de Leo,
sobreviviente de este gran destroce,
del cual la patrulla pierde rastro luego.
Sin duda alguna este es trabajo,
para el detective Ernesto Joel,
ya que un mensaje de sangre abajo,
llama atención de la prensa y de él.
¡Mira! Todo esto solo es un juego,
pues ustedes son las piezas del ajedrez,
por nada el contrincante desde luego,
en cambio el aburrimiento si lo es.
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