a lo largo de mi vida debo decir unas cuantas cosas... una de ellas trata de la amistad... no tengo amigos... tan solo hermanos... y ellos me acompañarán hasta el final del camino... cuando los libros no los pueda leer y mis sueños se esfumen por la realidad de no poder dormir...
bajaba el último peldaño de mi casa cuando cinco mujeres totalmente desnudas se acercaron, me tocaron todo de mí... pero uno de mas de noventa como que no siente nada, tan solo me reí, quedándome perplejo por ese momento que lo hubiere deseado de mas joven... luego se fueron, quitándome todas mis ropas... desnudo en la calle y con el sol que doraba mi esmirriado cuerpo, decidí caminar como un santo de asís... las gentes se burlaban... uno de ellos me puso y sobretodo y seguí caminando por las calles... buscaba algo pero no sabía qué era... tuve ganas de mear y meé en un árbol del parque... me sentí agotado y me eché a dormir... no tuve sueños, nada... tan solo aparecían imágenes de mujeres desnudas... abrí los ojos y vi a uno de mis hijos con el rostro colorado y lleno de vergüenza... me ayudó a levantarme y me llevó a su casa... me puso una mujer vestida de blanco en el cuarto y luego de bañarme y perfumarme y vestirme, me llevó a la cama... quédate a mi lado, duerme conmigo, le pedí... ella me miró sorprendida pues tenía una cama al costado de la mía... se quitó las ropas y quedó pelada... su sexo era hermoso, lleno de aquel enjambre de vellos negros y sus senos enhiestos y rosados, y sus ojos y sus labios parecían dos frutos prohibidos... cerró el cuarto con llave y se puso a mi lado... empezó a acariciarme el sexo, luego besó mis ojos y mis manos las puso en su mata de sierpes lubricadas... sonreí y le dije gracias... se puso sobre mi cuerpo y sentí que partía mi espinazo... y saltó sin parar hasta dejarme sudado y molido... luego se puso una toalla en sus labios y gritó como una hiena en medio del desierto... no sé porqué sentí una fuerza sobrenatural y la hice mía, una vez mas... dormí a su lado, enroscados como Adán y Eva... desperté y no la vi a mi lado... estaba en su cama, durmiendo...
la puerta del cuarto se abrió y eran todos mis netos, hijos e hijas... se te ve muy bien, me dijeron... gracias, les dije... y ellos empezaron hablar de tantas cosas que quedé dormido una vez mas... por la noche estuve solo, pues, ella, tenía su día libre... me paré y vi la ventana que daba a la calle... estaba de noche y sentí tanta magia... ¿qué mas puedo pedir?... vivo, y me gusta tanto... cuando me di la vuelta, una mujer muy pálida estaba parada detrás de mí... supe quién era... ¿nos vamos?, preguntó... como quiera, le dije... se acercó hacia mi, besándome los labios... cuando desperté, estaba en otro lugar... allí donde nacen las mentiras y verdades... |