la gente cree que tengo dinero... que derrocho dinero... si supieran que lo abunda en mi vida son las deudas... debo mas que lo que pueda laborar en dos vidas, pero aún así, sé que nada de este mundo llevaré, ni siquiera mis deudas...
así pensaba cuando un borracho llegó a mi domicilio a pedirme dinero prestado... no le di un céntimo... se fue malhumorado y al poco rato escuché los gritos de mucha gente... me acerqué, porque soy chismoso y vi a mi amigo en el suelo... en sus manos había un papel... era una letra endosada por mucho dinero... la cogí y luego, me acerqué a mi amigo a cerrarle los ojos... le dije que yo me encargaría... vino la ambulancia... al rato vinieron sus parientes y amigos... me escondí porque no me gustaban escenas de tipo dramático... le vi por última vez y pude ver como una sonrisa en sus labios secos... sonreí también... vi como se iba la ambulancia y todos sus amigos y parientes... cuando estuvo la calle sola, me acerqué y pude ver sangre, como un pequeño riachuelo que trataba de llegar a una mar... toqué la sangre con mi dedo... aun estaba caliente... sonreí nuevamente y con la sangre y con la letra me fui a mi casa... llamé al dueño de la empresa, dueño de la deuda y les dije que mi amigo estaba muerto... que aquí tenía la letra y que la iba a pagar... gracias, me dijeron... ¿Cuándo viene por el banco?, preguntaron... respondí que muy pronto... colgué y me fui de mi casa... miré la letra y busqué un pedazo de fósforo... la quemé y con el humo que despedía el papel, sonreí de alegría... la deuda se había esfumado...
volví a mi casa y escuché llamadas y llamadas por el teléfono... nunca contesté... a los días vinieron de un banco para ver si conocía a mi amigo y si había hecho una llamada... no, respondí... no conozco a dicha persona... ellos me miraron y con el alma en el piso se fueron... la deuda había sido pagada de por vida...
han pasado los años... los bancos han cambiado... la gente ha muerto... aún sigo en este mundo... y mis pasos son lerdos y sin ganas... casi no salgo... por ello me gusta mirar el cielo y a las gentes... vivo con lo poco que me llega de mis escritos... y disfruto tanto cuando veo el rostro de mi amigo muerto en una de las sombras de mi casa gritándome que le ayude a pagar...