Los asuntos intrínsecos de mujeres y hombres,
ante los portales gigantes del tiempo,
en debate con el horizonte infinito,
juntos…
“Dame tu palabra yo te daré la mía”.
En el valle perdido,
bruma cayendo por las estrías montañosas,
clima horroroso,
y una fila de humanos resistentes,
herederos de valores confusos,
aun indemnes,
aun pensantes,
… fatigados.
Alertados por la baliza orgánica,
huyendo con el viento en los rostros ajados,
libros en los bolsos,
papeles desordenados,
rescatados de prisa,
arrancando del mundo herido,
del desgarro social,
de resoluciones extremas,
de las descargas furiosas,
atrás sombras ardiendo,
… saben que la primera era no funciono.
“Dame tu palabra… yo te daré la mía”
Respiran humanos,
sufren humanos,
persisten humanos,
saben que debemos seguir…
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