Don Sata y yo
A pesar de haber jurado no pedirle nada a Don Sata, comprendo que es necesario bajar el copete y recurrir nuevamente a sus malas artes para que ayude al Club de mis amores (River Plate) a obtener el Campeonato.
Hoy es un día crucial. Si gana el maldito Racing quedaremos muy mal parados. Y si gana Lanús también sufriremos. Debemos ganar nosotros, los de River, por todos los medios posibles.
Claro que para convencer a Don Sata a que me ayude, deberé convencerlo con mil zalamerías y por sobre todas las cosas deberé nombrarlo con mil títulos diferentes, que eso es lo que necesita su ego, porque tiene el ego más agrandado que escritor de Los cuentos.net.
Me voy al bar del Hotelucho “El Limbo” donde acostumbra a parar. Creo que más de una vez les he contado que allí son habitués las chicas de la noche más feas de la ciudad. Cuando le pregunto a Sofía por Don Sata me responde:
—Don Zata está en la chichocho. Eztá con la Galadriel. No zé qué le ve a ezta chica…
Subo corriendo las escaleras al segundo piso y golpeo la puerta de la 18, suavemente. Como no responde le doy un par de patadas y Galadriel me abre la puerta con los ojos asustados.
—¿Qué pasa? ¡Ah! Sos vos Edy
—¡Despertalo a Don Sata que tengo que hablar con él en forma urgente!
—¿Qué pasa, pelotudo? —me preguntó cariñosamente
—¡Oh, Gran Masturbatorium Rex! Necesito un gran favor, plis, Su Alteza de la Boñiga
—¡Desembuchá! Decime que querés
—¡Oh! Gran Visir de los Cuenteros que pasan en el Chat… Necesito que gane River, porque hoy juega con Banfield y tengo un poquitín de miedo, sabiendo que jugarán algunos suplentes, como Solari, Driussi, Boyé o Simeone. ¡Por favor, Excelso Señor de los Infiernos!
—¿Y qué me darás a cambio? Tu alma no me sirve porque está más negra que la mía
—Te prometo, ¡Oh Insigne General de las Almas perdidas que atraeré hacia ti, a algunos Cuenteros que ya están a punto de caramelo para caer en el Infierno, ¡Oh Gran Campeón de las Escupidas a Distancia!
—Me interesa ese tal Zepol, ese tal Casals, la Mujerdiosa, el Yar, la tal Preciosa-, el Gafer ese...
—Con tal que hoy gane River me comprometo a conseguir el alma de todos esos Cuenteros o la gran mayoría, ¡Oh Sultán de la Suciedad de los Baños Públicos de Calcuta!
—Veremos que puedo hacer, porque ya es casi mediodía y juegan a las seis de la tarde.
—Aunque sea una tormenta que arruine la cancha y se suspenda el partido, así Ud. ¡Oh Gloriosa Majestad de los Sapos Reventados por Camiones, tendría más tiempo para sus conjuros.
—Bueno, chao, déjame que tengo que terminar con Galadriel un asunto…
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