De una nueva boca emigran besos
jadeantes de dulzura y de alegría.
Alimentan las lujurias de mi sexo
pues convocan placer y fantasía.
Como un saco gigante e inacabable
no se logra plenitud en los instantes.
Es un misterio de esperar ansiada tregua
que calme la estampida de un obsceso.
Así pasas veloz y decidida ahora
por el sendero de un tiempo azaroso.
Más el amor que brindas es inaudito
y produce el milagro inesperado.
Se asientan los deseos y las alegrías
y comprendo que soy tuyo como tú eres mía.
Texto agregado el 27-11-2014, y leído por 158
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
27-11-2014
Un poema hermoso y lleno de dulzura.Un Brazo. gafer