Vacío el mar y tu espalda,
una ofrenda que solitaria
sale a orear ausencias.
Un tenso latido desboca
las nubes en esta tarde
cual gaviotas de libertad.
La inclinación al pecado
se prodiga donde tu estas.
Texto agregado el 27-11-2014, y leído por 333
visitantes. (6 votos)