EL PODER HISTORICO DE LAS FICCIONES COMO CLAVE DE LA SUPERVIVENCIA REAL HUMANA
1)Primo Levi y la resistencia montaraz sine qua non del mismo proseguir
El plano antropológico cognitivo humano en rigor pudiera entenderse siempre en todos ellos y de forma intrínseca como un espacio permanente de descubrimiento para el individuo, porque de lo contario no resultaría funcionalmente estable el espacio en sí dado que tiene como pilar y basamento simple la inmovilización real, vital humano.
Pero el ser humano no suportaría la comprensión real como aceptación de hecho de una realidad base de esencial inmovilidad en nombre de la simple posibilidad de lo social y dentro de la antropología siempre y necesariamente de contención respecto de la psicofisiología humana individual.
Que la cultura es este en sentido contención y la antropología es por tanto suspensión a través del tiempo, estabilidad y sobre todo permanencia.
En contraposición, como contrapeso y necesario apoyo auxiliar va todo lo demás que es el arte, los espacios programados de descarga y vigorización que incluyen episodios y circunstancias de una violencia ciertamente real fisiológicamente, pero siempre estructuralmente proxy, sucedánea y faux al final como una simple acomodación funcional y respecto la naturaleza problemática sistémica del hombre y su violencia innata.
Y está también la semiología como espacio soberano de verdadero vuelo humano como ficción empero de lo más real y necesario para los seres humanos socializados y dentro de la condena que es una mecánica antropológica histórica de sometimiento brutal.
Porque las ficciones no son reales en un sentido físico y el cuerpo por tanto puede seguir bajo el imperio de otros sin que estos tengan porque sentirse necesariamente y de entrada amenazados precisamente en su imperio e ímpetu básicos de dominio real y finalmente político;
Que la política-el poder-es y siempre ha sido respecto de la corporeidad vital humano, coto real y natural asimismo del dinero como en su concepción macra y agregada, y por tanto también perteneciente a lo ciertamente mundano, primario, y todo aquello que es corporalmente indistinto y del montón, finalmente.
No debería extrañar pues que lo semiológico entre a formar una especie de división de poderes respecto de la experiencia solo corporal, fisiológica y terrenal de lo humano y desde la óptica del individuo:
¿Cómo se pudiera perdurar asido por y dependiente de solo lo que uno puede ver, tocar y sentir, respecto de una inmediatez solo corporal, sin más opción que los intramuros propios del excremento en una penuria de solo lo inmediato de uno y el frío gris de una localidad idéntica, día tras día tras otro?
Y el nunca totalmente aclarado dilema entre el poder de la pluma (las letras) y la espada deviene equivalente en términos de una igualdad exacta con la división entre lo que a Cesar forzosamente se le ha de rendir, y lo que se escapa-oh sí-de su alcance.
Porque las ficciones-la semiología a grandes rasgos-es espacio, horizonte y el por donde transitar que en cuanto objeto y pieza estructural se le hace tan poderosamente necesario al ser humano dado su estado real de estricta inmovilidad antropológica;
De tal manera que el poder de las ficciones siempre le ha parecido al hombre natural y frecuentemente más fuerte que todo lo demás sobre todo porque vive en una necesidad acuciante de poder contar con que haya de hecho algo más, por el amor de dios como si dijéramos;
Más fuerte le ha parecido-hasta el punto de crearle cierta confusión en este sentido-porque simplemente se ha empeñado-ferozmente, siempre-en que hubiera de hecho algo más auque fuera solo ficción empero de lo más vitalmente real…
Y esto y en este punto particular, le importa en poco-en nada-al menos inicialmente al Cesar de turno y dentro de su visión siempre y estrictamente corporal, como imposición propia sobre eso que de hecho ve él;
Y de rendirle al Cesar lo que es suyo acaba siendo ni más ni menos que el cuerpo humano (del cual Cristo ciertamente es un símbolo literario y semiológico) pero nunca esto otro que decimos el espíritu-que a igual que la lógica de los campos de exterminio, la supervivencia, pronto se descubre uno, no tiene que ver en realidad con el cuerpo de uno al final, sino que es otra cosa…
Que en la situaciones extremas y prolongadas de una destrucción gradual pero permanente y progresiva, el cuerpo propio aprendimos nosotros también y como objetos humanos que somos respecto de violencia y crueldad de nuestros captores a vivir sobre su propia inmolación también por parte nuestra-que el cuerpo se lo acabamos ofreciendo en cierto sentido porque precisamente con solo eso parecen conformarse ellos-ahí en ese punto comprendemos que la supervivencia ya no está en realidad en el solo cuerpo y que hay una forma de prolongar la vida en cuanto tiempo y esperanza en solo el perdurar prescindiendo de hecho y en cierta forma del lado físico de nuestro ser.
Y nuestra violencia por perdurar iguala a la de la opresión de ellos, siendo el terreno de combate, por ambas partes encontradas, el cuerpo físico solo nuestro, diente y uña y hasta el final (y aunque no tengamos apenas posibilidad real alguna…)
Hijosss de puta…
https://www.youtube.com/watch?v=vXSBnJbR5Gg
2) Semiologías griegas, después romanas y una mayor plenitud psicológica humana, sin duda
Porque bajo un enfoque existencial grecolatino no soy siempre y exclusivamente objeto de un plano superior divino o de agente en un sentido cósmico, sino que comparto mi naturaleza humana también con las distintas divinidades que a igual que yo son imperfectas en su ira, libido, gula (seguramente) y pereza, que en todo son como yo salvo en su poder y en su inmortalidad;
Pero el que muera yo es, sin embargo, simplemente mi sino mortal y no exactamente una razón para auto despreciarme-inmisericorde y en lo más profundo de mi ser, pues la miseria vital y finita mía (la muerte, putrefacción molecular del tejido humano y la cópula) es la unión exacta en la que me encuentro unido con el dios monoteísta tanto judío, cristiano o musulmán pues mi relación con el es de total subyugación particularmente sobre y entorno de la inmundicia que soy yo en mi naturaleza vital, física humana:
Y Yahvé, como titán omnipotente, tanto benévolo como inflexible en su justicia-como todo padre que en verdad nos quiera-está siempre sobre nosotros y en nuestro horizonte, empero a una distancia lejana, en lontananza y como ideal, pues el querer al padre y el aspirar a andar con él es el simple desear recorrer esta lejanía hasta él que sabemos, sin embargo, que jamás atravesaremos en esta vida-pues somos humanos, él dios.
Y a diferencia del individuo grecolatino clásico, yo como mente occidental judío-cristiano o musulmán, me baso y dependo siempre de esta separación pues no solo muero (a diferencia de dios) sino que vivo sujeto a lo infrahumano también (la ira, gula, copula, pereza, odio, etc.); pero el dios occidental monoteísta ni muere ni comparte tampoco mi inmundicia (de ahí que sea precisamente divino para el occidental):
Que es mi inmundicia como naturaleza biológica primaria lo que hace en verdad a dios-y dios es la perfección en este sentido y deviene, finalmente, un mecanismo análogo con una camisa de fuerza vital pues vivo sujeto y sometido al aspirar a atravesar ese abismo entre ambos yo y el dios occidental, recorrido que al menos en este vida nunca completaré (pero claro, se trata solo de intentar llegar que es lo que constituye una vida recta y moral solo en el transitar en sí (no el llegar) siendo el premio final-la guindilla sobre el trozo de tarta-la gran, eminente incorporación tuya como miembro de honor desde luego, al cielo entre los demás premiados, oh sí-Amen.)
Si bien una vida vivida es difícil al final y cabo de distinguir-la verdad-de entre otra cualquiera, el inconveniente del modus occidental de relación del hombre con lo social a través de dios (que esa es la función base y original de las divinidades, para que la gente frene al final y por lo menos en un grado mínimo sus impulsos mas primarios) es un mecanismo que incorpora al centro de sí el desprecio y total postración conceptual vital del hombre por y ante sí mismo, de uno mismo y como el gran Satanás que so yo y en mis deseos-oh sí-de la carne humana, cuanto más joven y tierna mejor…
Y es, sin lugar a duda desde el punto de vista psiquiátrico, un mecanismo profundamente pernicioso por basarse, tanto como sujeto-agente como objeto, en una obsesiva fijación con la fuerza, bien como sujeto-agente superior o objeto humano de esa fuerza superior;
Que me contemplación como objeto (claramente) del poder de dios es en realidad una fijación permanente con el poder en sí y sobre todo de sujeto-agente sobre otros, que en este caso y respecto a dios, no podré ejercer nunca (pero él sobre mi, sí)
Sin embargo mi violencia, orgullo y arrogancia es tal que solo ante un verdadero titán me dejaré doblegar yo-no ante cualquiera me vas a ver arrodillarme a mí…
Y resulta que como me conocía así en todo mi ferocidad, sabía muy bien que fácilmente y apenas sin provocación dejaría una vez más de respetar la vida humana-la de cualquiera que por las razones que sean acabara siendo objeto de mi propia agentividad vital, decidí que sería mejor que postuláramos-y creyéramos, más o menos-que de hecho haya alguna fuerza superior a mí y a todos nosotros, porque si lo dejamos en mis manos o las tuyas-que tu eres igual a mí, que te conozco también-el resultado así en general y para esto que llamamos sociedad entre todos, pues la verdad es que no pinta nada pero nada bien…
Así que decidimos lanzar al firmamento semiológico nuestro esta ficción-como arte supremo, oh sí-de un poder que nos resolviera el problemilla que os acabo de describir siendo esta ficción fantasma e internalizada el centro verdadero de la rección social real, aquello como el hierro mismo que siembra el terror en el corazón cobarde y de bestia-verdeadamente-del hombre simple y mortal.
Pero como puedes entrever, soy un carbón de cuidado y que solo una fuerza superior-aun siendo una ficción vital y antropológica-y en el miedo que me inspira-es capaz de forzar que yo respete a los seres humanos que me rodean,
Que al mismísimo Yahvé, si se descuidara y viera yo mi oportunidad, le degollaría en el mismo momento si de mi voluntad hubiera de ser alguna vez-que me conozco aun hoy en día y respecto de los espacios sociales, antropológicos entre los que vivo.
Y yo sí que soy el individuo y dios, esto ( enseña el puño, su machete, cuchillo o navaja-o talonario/chequera, según el caso.)
No lo olvides nunca(dice):
https://www.youtube.com/watch?v=IFvsftxZcPA
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http://es.wikipedia.org/wiki /Georg_Simmel
http://es.wikipedia.org/wiki/Oswald_Spengler
http://es.wikipedia.org/wiki/Fl%C3%A2ne ur
http://en.wikipedia.org/wiki/Terrence_Des_Pres
http://en.wikipedia.org/wiki/Primo_Levi>
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