LA RELIGIOSA

Siempre había demostrado ser una religiosa de cuerpo entero, pero esta vez necesitaba desesperadamente fortalecer esa fe sobre el pecado mismo, debía pacificar su mente alterada por ciertas circunstancias apremiantes...

Rezaría hasta que las manos se le entumecieran palpa sobre palma. Suplicaría el perdón divino aceptando el castigo más sufriente…

No fue violentada, por lo tanto había roto su voto de castidad con asentimiento propio, algo sin perdón de Dios. Y de ahí ese impulso irrefrenable de concebir un desagravio tan descabellado y brutal como el de matar a su amante…

Por eso este humano arrepentimiento por lo que sucedió una cosa detrás de otra. Por eso rezó y rezó hasta el cansancio, pero mil Aves María no la eximiría de tamañas culpas…

Finalmente tendrá que aceptar una penitencia ejemplar como moraleja, y asumir que es una joven mantis religiosa que decapita al macho que la fecundó en una estúpida fábula de un autor desconocido...