Me derrocho en culturas perdidas,
durmiendo con mejores aventuras.
Dando, a pie juntillas, fe de mentiras.
Buscando un puerto en el estanque,
como una luz que barre sombras
de escrúpulos en la hora del pudor.
Esclarecido alcohólico de libertad,
encaro el final de algún crepúsculo
con mitos de un lucero al atardecer.
Soy piel en el silencio de mis voces,
murmullo de porcelana noctámbula,
espejismo de lunares sin cosecha.
Pero nada me frena en el regreso
de todo lo agradable y lo distinto
cuando entro en lo profundo de ti.
Texto agregado el 25-11-2014, y leído por 372
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