-¿Qué diablos hice?- se decía Andrés mientras no paraba de dar vueltas sobre su cama, la pena que había pasado enfrente de Elizabeth no era para menos pues tan pronto las risas pararon pudo sentir una mirada de disgusto por parte de la chica, sin mencionar que durante el resto del día recibió por parte de sus compañeros un gran número de apodos y burlas. Las molestias que él quería evitar llegaron de una forma rápida como diciéndole que su suerte no había cambiado por estar en una nueva escuela.
En ese momento todas las burlas eran lo de menos, en su cabeza solo estaba el recuerdo de la mirada de Elizabeth; un mal comienzo. En otras circunstancias esto solo habría significado que no le agradaba a alguien y solo tenía que mirar a otro lado, pero esto era diferente, le afecto tanto que su concentración en clases fue desastrosa, que tenía que pedir constantemente que el profesor repitiera lo que decía
-Debe poner más atención, o su estancia aquí será problemática- decían algunos profesores
-Es que debe estar pensando en Elizabeth- llegaban a decir sus compañeros con lo que las risas volvían. El tono rojo invadía sus mejillas mientras que la chica pasaba por una situación incómoda. Y cuando este llegaba a verla esta solo contestaba con una fría mirada y rápidamente apartaba su vista, dándole otro nocaut por lo estúpido que fue al no contener esa frase.
Las clases de la mañana terminaron y tan pronto el profesor en turno salió del salón, se aproximó al asiento de Elizabeth, sin embargo para cuando el llego esta había sido arrastrada por su compañera sin dejar rastro de que dirección habían tomado.
-Ya se te escapo, galán- le dijeron unas compañeras que estaban cerca
Sin contestar salió en su búsqueda, era urgente que le ofreciera una disculpa si es que quería que su situación no pasara a la de ser un solo compañero de clases. La búsqueda sin embargo fue infructuosa, no se encontraba ni en el patio, ni en la cafetería, ni en los salones de los demás grupos de nuevo ingreso, era como si hubiera desaparecido de la escuela, solo la volvió a ver cuándo reiniciaron las clases.
La nueva oportunidad seria a la salida pero las amigas de ella rápidamente la rodearon evitando que se creara esa oportunidad. El único consuelo que tuvo es que al otro día tendría una oportunidad.
Esa noche fue una de las más pesadas, y aquel el nerviosismo le quito el sueño lo que fue increíble para él es que a pesar de estar en vela toda la noche el cansancio no hizo presencia en su cuerpo. Tan pronto el despertador sonó, se levantó y cambio rápido e incluso se saltó el desayuno, mientras corría iba repitiendo lo que tendría que decir cuando estuviera frente a ella. Durante el trayecto estuvo tentado a comprar una rosa en la florería cerca de la escuela la única que abría a esas horas.
-Tonto eso solo complicara las cosas- dijo sacudiendo su cabeza y continuando su camino
La escuela se encontraba vacía a pesar de estar abierta, aún era muy temprano para que los alumnos llegaran. Ahora tenía que escoger el lugar adecuado para adecuado para disculparse. Quince minutos más tarde no así más que dar vueltas, por momentos decidía esperar en la entrada, luego pensaba que el mejor lugar seria el salón, al llegar consideraba que no era buena opción y volvía a ir a la entrada, sin darse cuenta era la quinta vuelta que daba cuando la sombra de la chica lo sorprendió. Inmóvil se le olvido todo lo que había practicado, ni siquiera una frase tartamuda salió de su boca. Elizabeth paso de largo si noto su presencia solo fingió no verlo y se dirigió al salón. Solo vasto un minuto para que Andrés se diera cuenta de la oportunidad perdida y salió corriendo en dirección al salón, sus compañeros aún no habían llegado por lo que no interferirían en su objetivo, llevaba tanta prisa que no se percató de la persona que estaba al frente al subir las escaleras. El golpe fue tan fuerte que ambos cayeron al suelo, por suerte no rodaron por las mismas.
-¡El acosador ataca de nuevo!- dijo alguien mientras se oyó el sonido de la cámara de un celular. Al abrir sus ojos cerrados por instinto al caer se dio cuenta que estaba sobre una chica. Tez clara, ojos claros y el pelo teñido de rubio, la expresión de su rostro no mostraba sorpresa alguna por este incidente.
-Quítate de encima idiota- dijo la chica con un tono molesto sin cambiar el gesto de su cara, haciendo que Andrés reaccionara y se pusiera de pie rápidamente
-Disculpa no te vi- dijo tratándose de disculparse. La chica no presto atención alguno y solo dedico a arreglarse el uniforme, ya que en el golpe aparte de arrugar su camisa, su falda se levantó mostrando lo torneado de sus piernas para gusto y alegría de los espectadores que pasaron de ser tres a diez en un instante.
Decidido a continuar su camino recogió sus cosas y al momento de avanzar, volvió a caer al piso por el impacto de una patada de parte de la chica. Viendo al piso solo pudo ver de reojo los zapatos de su agresora
-el precio por el espectáculo que me has hecho dar- dicho eso le propino otra patada cerca del estómago, que por un momento le quito la respiración, antes de salir de escena
Una vez de pie, avanzo un poco y al ver su reflejo en la ventana de un salón, vio su cara y uniforme un desastre
-¡Demonios!- grito para sorpresa de los que estaban alrededor, y se dirigió al baño para lavarse la cara y arreglarse un poco.
Al entrar al salón algo peor que burlas lo esperaban, pues ahora sus compañeras susurraban cuando pasaba junto a ellas y otras se levantaban de su lugar como tratando de evitar cualquier contacto con él. Sentado en su banca su compañero de atrás toco su hombro y burlonamente le dijo
-así que quieres ir a las grandes ligas casanova, olvídalo si no tienes oportunidad con Elizabeth menos con Daniela-
-¿Quién es Daniela?- pero antes de recibir respuesta alguna el profesor entro al aula. Otra oportunidad desperdiciada
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