ESCUADRILLA A34 EN MISION DE RECONOCIMIENTO
Acababa de amanecer y todos los componentes de la escuadrilla A34 estaban preparados y expectantes pendiente de recibir la orden del coronel Smith jefe de la base para iniciar el despegue.
Como siempre al coronel le gustaba darles una pequeña charla antes del inicio de todas las misiones y esta vez tampoco iba a cambiar su costumbre.
“Buenos días muchachos” comenzó “Parece que vamos a tener buen tiempo, el parte de los meteorólogos augura un día soleado, caluroso y prácticamente sin viento, esperemos tener un vuelo tranquilo y rapidito, como ya visteis anoche en el tablón de misiones haremos un vuelo de reconocimiento que no debe de durar mas de dos o tres horas”
Carraspeo un poco y añadió “Aunque nos adentraremos unas millas en terreno hostil, no es presumible que tengamos problemas, volaremos en formación, realizaremos uno o dos vuelos rasantes de reconocimiento y a casa a informar”
Contemplo a continuación con cariño y mirada paternal a los jóvenes pilotos y murmuro “Buena suerte y a volar”
Toda la escuadrilla despego en forma sincronizada guardando una perfecta formación ya desde el principio elevándose armoniosamente hacia el cielo que ya comenzaba a azulear con las primeras luces del día.
A los pocos minutos de partir, el coronel que era muy apreciado por todos no solo por su profesionalidad sino además por su prudencia, comenzó a impartir las ordenes previstas en el protocolo de seguridad, por lo que la escuadrilla tuvo que realizar las maniobras previstas en el reglamento que garantizaban un perfecto funcionamiento de todos los sistemas.
Y aunque se trataba de un vuelo no exento de cierto peligro debido a las irregularidades del terreno que inspeccionarían, el optimismo y el buen humor imperaba en el joven grupo y el vuelo hasta el objetivo se les hizo cortísimo enfrascados en las bromas y comentarios con los que se enredaron desde el principio.
Por fin al cabo de cuarenta y cinco minutos avistaron el objetivo que apareció a los 30º 23´ dirección oeste según su dirección de vuelo. Había llegado el momento de concentrarse y estar atentos a las órdenes del coronel.
“Chicos, adelante y sin perder la formación, realicemos la primera pasada, tener los ojos bien abiertos y no perdáis detalle de todo lo que veáis y acordaros, no fiaros de nada, y tener mucho cuidado ¡Vamos allá! “
Toda la escuadrilla sin perder la perfecta formación, picaron a gran velocidad realizando un perfecto vuelo rasante sobre la zona prevista, remontando de nuevo a gran velocidad para recibir de nuevo las consignas de su jefe, que no tardaron en llegar.
“Perfecto, ha sido una pasada fantástica, y como habréis podido comprobar, no parece existir ningún problema, todo se ve tranquilo y no se aprecia nada preocupante, de todas formas repitamos el vuelo, porque nunca se sabe, es mejor estar seguro de que no existe ningún peligro “
Y así lo hicieron, de nuevo en perfecta formación volando casi rozando el suelo, volvieron a pasar sobre el objetivo para de inmediato volar a las alturas, estaban llegando ya al punto de concentración, cuando recibieron la llamada de auxilio del joven teniente John.
“Mayday, Mayday, he rozado una de las alas con la copa de un árbol y me precipito al suelo no puedo controlar el vuelo, Mayday, Mayday, caigo, caigo”
Aun pudieron oír el ultimo mensaje “Adiós ami….” Y eso fue todo, se había estrellado.
El coronel tardo unos segundos en establecer comunicación con la escuadrilla, para al fin con voz entrecortada decirles.
“Volvamos a casa, no podemos hacer ya nada, la fatalidad siempre se ceba con los mejores, era un gran piloto y estaba en lo mejor de su vida, recordarle siempre”
El vuelo de vuelta se desarrollo en silencio, nadie hizo ningún comentario, estaban demasiado impresionados por la muerte de John y ante la evidencia de que en cualquier momento les podía pasar algo así a ellos, eran momentos en que el deber y la responsabilidad que tenían con el resto de la sociedad casi se olvidaba ante el dolor y el miedo que la tragedia les había producido.
Estaba el sol en lo mas alto cuando aterrizaron con la misma precisión y exactitud que habían hecho el despegue, no cruzaron palabra entre ellos y se fueron cabizbajos hacia el cuartel, caminaban encogidos, parecían haber envejecido de golpe, el único que guardo la entereza y gallardía fue el coronel, que supo mantener la presencia de animo necesaria para comunicar la terrible desgracia.
Se adentro con paso firme al interior de la colmena yendo directamente a los aposentos de la reina que le esperaba impaciente.
“Majestad tengo que comunicaros la desgraciada perdida de John una de las abejas zánganos de la cuadrilla de reconocimiento que dirijo, no obstante a pesar de esta desgracia, le informo que la misión ha sido un éxito, el lugar inspeccionado esta completamente lleno de variadas flores repletas de polen, por lo que las abejas obreras pueden salir sin tardanza a iniciar la recolección.
La reina le miro con dulzura y le dijo
“Muchas gracias coronel, deposito en Ud. mi pesar ante la muerte de su colaborador y le doy las gracias en nombre de toda la colmena por tan estimable servicio, como en otras ocasiones, pensaremos en el sacrificio de John, puede retirase”
Smith hizo un bizarro saludo y se fue hacia sus aposentos por los intricados pasillos de la colmena, su hogar, se sentía muy triste y a la vez orgulloso de haber podido ayudar una vez más a la comunidad a la que pertenecía.
Fernando Mateo
Noviembre 2014
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