AÑO 2608


Hacia ya muchos años que los humanos habían conseguido controlar todos los posibles riesgos y eliminados los peligros que muchos años antes les habían agobiado. Se habían desarrollado fuentes de energía no contaminantes y casi inagotables, se controlaban todas las fuerzas de la tierra que antes provocaban tifones, erupciones volcánicas, terremotos y otros cataclismos y habían consensuado una paz mundial que ya llevaba muchas centurias sin romperse.

Los hombres vivían en algo parecido a lo que muchos siglos antes se definía como un paraíso. Y como allí ocurrió según decían las tradiciones también ellos estaban libres del esfuerzo y del trabajo.

Absolutamente todas las funciones y tareas necesarias para vivir estaban resueltas por los cientos de miles o millones de robots y androides que se habían ido construyendo y que se encargaban absolutamente de todos los trabajos y controles.

Pero lo que al principio supuso una liberación que permitió a los hombres dedicarse a cualquier tarea que desearan sin tener que pensar necesariamente si era o no remunerada, se había ido convirtiendo con el tiempo en un problema aun mayor.

La humanidad había ido cambiando y cayendo cada vez mas en el ocio, en la inactividad y en el abandono, lo que al principio les permitió una vida regalada y sin esfuerzo se había convertido ahora en un angustioso problema, poco a poco habían dejado de practica todas las actividades lúdicas y deportivas y se habían vuelto cada vez mas inactivo e indolentes, perdiendo cualquier estimulo que les llevara a la realización de ejercicios por lo que sus cuerpos evolucionaron horriblemente, perdiendo la masa muscular y convirtiéndose en receptáculos de grasa.









La definición de sobrepeso, hacia mucho tiempo que se había quedado corta para definir el estado en que se encontraban, la mayoría ya no podían caminar y necesitaban el auxilio de carricoches motorizados para moverse se pasaban el tiempo tumbados o inclinados comiendo o medio dormidos, habían perdido la dignidad y eran incapaces de salir de su postración y estado.

Aunque en contra de lo que hubiera sido lógico pensar y a pesar de lo lamentable de sus estados físicos, gracias a los enormes avances de la medicina, la mayoría tenia vidas centenarias.

Los humanos vegetaban y los robots y androides se ocupaban de todo, y al decir todo, queremos decir todo y no solo las tareas relacionadas con los procesos de automatización, de creación de energía o de producción de bienes, sino que también se encargaban del cuidado de los humanos, como alimentarles, trasladarles, asistirles médicamente, operarles o trasplantarles partes del cuerpo si era necesario, los hombres no se ocupaban absolutamente de nada.

La situación parecía estabilizada y eterna, pero el desastre vino por otro camino.

En la construcción de los robots, principalmente los androides se habían incluido cerebros positronicos con capacidad ilimitada de aprendizaje, capaces de evolucionar, aprender y mejorar por si mismos, con lo que la mayoría habían ya conseguido la capacidad de sopesar hechos y situaciones, diferenciar lo bueno de lo malo y tener conciencia del concepto de justicia.

Por lo que no era muy difícil prever que llegaría un momento en que empezarían a considerar si el reparto de tareas y funciones que regia en el mundo era el lógico y el justo.

Y ese momento se produjo a las 17,3456 horas del día 3 de Noviembre del año 2608 en el que el cerebro de un androide modelo AA76-hg de ultima generación, tomo conciencia de que habían pasado de ser unos colaboradores de los hombres a los que ayudaban al desarrollo y mantenimiento de la vida a ser unos criados/esclavos de unos gordos y vagos individuos, que se limitaban a vegetar de mala manera, incapaces ya de evolucionar, de cuidarse y mucho menos de controlar el mundo y su futuro.

Este concepto llegó en 1,3209 décimas de segundo a los cerebros positronicos de todos los robots y androides de la tierra, interconectados entre si vía satélite.

De forma que la realidad de la situación fue conocida e impartida casi instantáneamente en el mundo entero.

Tardaron 3,2325 segundos en sintetizar y fijar las conclusiones a las que llegaron, generándose instantaneamente tres posibles caminos a seguir dependiendo de las características del grupo de robots que las genero.

El grupo definido como robots de potencia, encargados de realizar las tareas mas duras, trabajos en minas, asfaltados de carreteras, construcción de edificios, etc, que en sus programaciones se habían incluido caracteres con sentidos muy prácticos y rasgos duros y resistentes, propusieron la eliminación inmediata del genero humano al haberse convertido en inútiles e innecesarios para el futuro.

Los definidos como de calculo, especializados en el control de maquinas, desarrollos de proyectos I&D, comunicaciones, etc, cuyas mentes eran mucho mas sofisticadas e imaginativas, sugirieron realizar lobotizaciones universales a todos los humanos y cambiarlos los cerebros por unidades biotonicos controladas por ordenadores.

Y por ultimo el grupo de los definidos como androides domésticos, que eran los que mas contacto tenían con los hombres, fueron de la opinión de que lo mejor seria abandonarles, ellos conocían muy bien a los humanos y argumentaron que estaban seguros que no cambiarían y quizá influenciados por la convivencia que habían tenido, que eliminarles les parecía excesivamente drástico.

Todos los cerebros positronicos trabajando sincronizados tardaron 1,324078 segundos en sopesar todas las variables derivadas de los tres planes sugeridos y la forma de poder llevarlos a cabo. Inclinándose al final por la tercera opción, abandonarían a los humanos a su suerte, dejarían el planeta y se trasladarían a la vecina Luna, a ellos la falta de atmosfera o las condiciones ambientales distintas a las de la tierra no les preocupaban.

De forma que a los 0.00045 segundos de haber tomado la decisión se transmitieron todas las órdenes necesarias y el plan comenzó a ejecutarse.

La fabricación de naves que permitieran trasladarles se realizo en 4.067,16543 horas, trabajos que ejecutaron sin ninguna interferencia humana y aunque durante ese tiempo abandonaron la mayoría de las tareas no imprescindibles, ningún humano se apercibió de ello, hacia mucho tiempo que nadie se ocupaba de controlarles.

Acabados los transportes, sin dejar ninguna noticia, sin establecer ninguna comunicación y sin avisar a nadie, abandonaron la Tierra y alunizaron sin novedad, poniéndose de inmediato a planificarse y organizarse para seguir evolucionado según sus capacidades sin tener prefijado su futuro, no se conoce cual fue su destino.

Igual que tampoco esta registrado como se apañaron a partir de ese momento, los gordos y grasientos humanos que quedaron sin su servicio.


Fernando Mateo
Noviembre 2014