Cuando los padres se van
¡Grandes son nuestros dolores!
Con nosotros ya no están
mas ésto es lo anticipado,
por que son nuestros mayores.

Cuando el ido es nuestro hermano
con quien compartimos juegos
juntos hombros, mano a mano
y el milagro no llegó
a pesar de a Dios los ruegos,
al menos podemos pensar
que ésto asi sucedió,
es nuestra generación
y no se puede evitar
poco a poco nos iremos
sabemos cual es la razón.

Mas cuando el que deja este mundo
es una hija o un hijo
que son la expresión mas pura
de aquel amor tan profundo
es la tortura mas dura:
la Virgen frente al Crucifijo.

Los hijos son algo tan nuestro
la sangre de nuestra sangre
en la corola. el estambre,
el orgullo de nuestro huerto.
La nueva generación
en nuestra vejez esperanza
cuando niños alegria
y ya adultos, presumimos
por sus triunfos y su gloria.
Parece una contradicción
su inesperada partida.


(Una amiga entre nosotros
acaba de perder a un hijo
¿Con qué palabras podria
consolar a esta dama?
Palabras se quedan cortas
casi parecen vacías.
Solo podemos decir:
“Comprendemos lo que sientes.
Busca en el Señor consuelo).