Lejos está enterrado mi amor
Junto con los restos de viejos años
Ahí, donde las sombras todo lo devoran
Donde el tiempo aun duerme congelado
En aquel lugar cadavérico de la memoria

un limpio viento
me despierta en la noche
Un freso aire de invierno
Me enjuaga los ojos
Me alerta, me suspira
Pero nada despabila esos días
de verdadero amor enfermo
Esa verdadera llama
Que todo quema
Y todo arranca

Debajo de la tierra del recuerdo yace
Ahí, donde la luna todo lo ve
Donde las ratas lo prueban
Y la juventud se fulmina
Ahí, donde las rosas febriles
Dejan el crudo olor de la muerte

Y yo lo extraño tanto
Aunque de el pedazos queden
Solo sus restos distorsionados
Solo melancolía, nada más
Ese amor tan vivo y ya tan muerto
Ese amor que preferiría darse un tiro
Antes que ver nuestras caras
Ahora inmensamente cambiadas
Nuestras caras que hoy en día
Son el retrato de la infelicidad.