El SICARIO Y SU ÚLTIMO EMPLEADOR
Otra vez una voz anónima le suena por teléfono a este asesino a sueldo.
Tengo algo preparado justo para usted.
Ya sabe que no puedo. Estoy en la cárcel.
Me dejaron hablar con usted, es algo que puede hacer estando allí.
Y qué ganaría, más condena, ni loco, salgo pronto y me retiro.
De esto nadie se jubila, amigo. Y lo de ahora es algo distinto, ya verá.
Aquella vez me dijo lo mismo y me atraparon, fallé por creer que era fácil y no prepararme como se debe.
Es cierto, fue un trabajo urgente Pero ¿no le pagué de alguna manera?
…Y sí, me ayudó cuando me juzgaron...
Lo asesoré, confesando su arrepentimiento menor condena, se ganó el cielo.
Usted lo dice así, pero acá mi vida pende de un hilo, me la tienen sentenciada.
Puede ser. Es que llegó con la peor reputación y éstos no perdonan ni eso.
¿Entonces me sugiere que los mate antes que ellos a mí?
¿Lo haría por su vida?
He matado a tantos por plata. Son asesinos también, si me los señala de a uno…
¿No es lo que quiero, entonces vamos a mi propuesta; quiero que se sume a la huelga de hambre que se viene.
¿Qué? ¡Usted está más loco que nunca! ¡No me prestaré a eso por nada del mundo!
Lo hará porque se lo aconsejo y mi palabra es santa, podrá morir como un mártir por una causa justa…
Mala sugerencia, por si que no lo sabe, lo que me pide es suicidio y se será un crimen más.
Para mí es un pecado, aunque San Agustín opina como usted y lo respeto igual.
No se haga el cura bueno, yo no moveré un dedo en mi contra ni borracho.
Lo hará, ya hizo algo parecido estando así, por eso lo atraparon durmiendo...
O sea que me mandó para que me caigan encima… He tenido varios patrones déspotas pero un inconcebible traidor nunca.
A veces soy un impostor haciendo justicia, que cambia de planes según las circunstancias.
Como ahora, en su momento pensé un paso por el paraíso para usted, pero para un suicidado nada mejor que el infierno directamente…
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