Despertando en la madrugada me oculto entre las melancólicas sombras de la noche. Escabulléndome, sigiloso, como la tranquilidad que besa tu rostro. Me divierte ver como reposas y un leve ronquido escapa de tus labios. Acariciando tu cabello te susurro cerca del oido dóciles palabras de amor que he guardado en mi, vocablos de mi espíritu que huyen del velo del olvido. Las repito con la secreta esperanza que las guardaras junto con los primeros rayos de sol. Algunas noches me respondes dormida palabras incomprensibles cargadas de dulzuras. Regalándome una sonrisa dormida te dejas abrigar... Desearía no ver la luz del sol... Lentamente amanece, y mi tiempo contigo se desvanece, mi destino finalmente termina por alcanzarnos. Manten con vida las palabras, que no se alejen junto a las sombras que retroceden. No construimos sobre cenizas.