Un niño sonríe con todo su cuerpo porque va de la mano de mamá pero mamá está muriendo. Un joven regala su primera flor a su segunda o tercer amada. La flor morirá. Una adolescente no sale de su cuarto pues el mundo le ha volteado la cara, le ha dicho que ella no encaja, por eso ella piensa encajarle una navaja al mundo. El mundo morirá. Un hombre espera en la salita de algún hospital el nacimiento de su hijo, de pronto una idea en forma de pregunta le asalta: ¿para qué dar vida? Mi hijo morirá. Una madre se lava las manos, se seca en su delantal, toma un vaso de la alacena, un vaso de cristal, abre el grifo y lo llena de agua. La sed morirá. Una pastilla color violeta, una color amarillo, otra un insípido color blanco, tres cápsulas ambar. Una a una es llevada por oxidadas garras de una grúa arrugada y temblorosa hacia un repositorio sin dientes. El dolor...mamá, la flor, el mundo, sus hijos, la sed, el dolor, de mamá, la flor, del mundo y sus hijos y la sed y el dolor y la flor y el amor. Morirán.