Ver estacionarse el sol en las cortinas
En el punto más alto del medio día
Es la luz del más desértico día
Nada hay más bello ni más triste

Las calles de ultratumba
Y los fríos vientos del sur
Golpeando la puerta
Como una visita esperada
Como una visita que no llega

Ver declinar ya un sol aburrido
Ser provocado a entregarse
A la fiel y honorable soledad
Es un domingo de porcelana
Que se quiebra y se muere en las pupilas

Y cuando llega al fin,
Muy tarde pero segura
la infaltable nostalgia nocturna
se envuelve uno en las sabanas
aguardando el sueño
que ya se hizo presente
mientras se extinguen los océanos
en nuestras pesadillas
y las estrellas revientan, una por una
en una hipernova de hermosura.

El alba extingue el viejo día
Que nos mantuvo presos de impaciencia
Y una vez más el sol se estaciona en las cortinas
Pero no me dice nada
Ya no me dice nada