No es a mí a quien esperas
bajo las lámparas chispeantes del neón
subiendo por la avenida lento
con el peso muerto de un cuerpo vacío
arriba la noche, espesa
al tanto la luna cuelga de un gancho quebradizo
te observo desde la otra acera
tras la columna que asciende de un cigarro mal prendido
-nuestras miradas intercambiaban los últimos fulgores-
metida dentro de lo que siempre intentaste dejar
un vestido que nunca te pusiste
pero que sigue allí guardado en un armario
-al final el ojo que mira hacia dentro desde adentro-
una imagen pálida es tu rostro
la lámpara bajo la bruma sucumbe
el vestido polvoriento
nuestro amor que nunca fue.
Texto agregado el 30-10-2014, y leído por 121
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