Llueve afuera
y me acurruco en el contorno de tu recuerdo,
las lágrimas celestes me susurran indómitas
cuando lo terrenal se torna divino;
las líquidas caricias asaltan a raudales
sobre el manto del jardín de la memoria.
Cae la noche a lo vivido
y su mano ahuyenta a los fantasmas del olvido,
cuando las estrellas ululan... murmuran
cual luciérnagas astrales escapando del vacío.
Vuelan imágenes al cofre de los deseos
y se convierten en versos
cuando mis sueños son de prosa
y mis anhelos se vuelven rimas;
este sentir me convierte en poeta
porque este amor es poesía.
Alejandro Ornelas
Texto agregado el 29-10-2014, y leído por 229
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
29-10-2014
MAGNIFICO!!!
fabiandemaza
29-10-2014
es maravilloso tu poema que causa envidia********* yosoyasi2
29-10-2014
Los sentimientos no hacen a la poesía, como los anhelos no inducen a la escritura. Más allá de los disparates conceptuales, este ejercicio destaca por ser insulso en sus atrevimientos, y opaco en su formato.
Poesía no es.
Poeta no es.
omeros
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