Inicio / Cuenteros Locales / gui / Los estertores de la gentileza
Caminaba yo con destino a mi trabajo cuando vi que a lo lejos se aproximaba una mujer de edad mediana. Como ya es costumbre, me fui desplazando de a poco, de tal modo de habilitarle el espacio de adentro de la acera. Pero, ella hizo lo mismo hasta que nos encontramos frente a frente, tratando yo que franquearle el paso y ella, lo mismo. No sé qué batalla se libró entonces, si la de su feminismo acendrado o mi caballerosidad apolillada. ¿Me verá como un anciano al que hay que proteger?-me pregunté con preocupación.
La mujer, contrariada en grado máximo, descendió de la acera y no cejó en su empeño de brindarme el rincón. Desdeñado, le grité mi descontento:
-¡Desde que tengo uso de razón, he sabido que el rincón se les brinda a las mujeres! ¡Por gentileza, por costumbre, que sé yo!
La mujer miró hacia atrás y un mohín de desprecio se dibujó en su rostro.
Continué mi marcha sin olvidar el incidente, porque yo soy así y no de otra manera. Estas pequeñas cosas me afectan y me cuesta mucho desembarazarme de ellas. -Las mujeres hoy ya no son las mismas- me decía.
-¡Fíjate por donde andas pajarón!- me gritó un vejete que conducía una camioneta tan destartalada como él.
Allí me di cuenta recién de la forma poco conveniente que me afectan a mí las cosas.
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Texto agregado el 29-10-2014, y leído por 35
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Lectores Opinan |
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29-10-2014 |
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Ja ja ja, ¡Qué desesperación amigo, te pasa de todo! Cinco aullidos gentiles yar |
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