DESDE AQUEL DÍA.



¿Si habrás notado que ya no te llamo,
Que no volví ni a pasar por tu casa?
Tú esperabas quizás algún reclamo;
Pues no, ni por la cabeza me pasa.


Hace tiempo percibí tu frialdad,
Esa actitud hosca e indiferente;
La forma de responder con crueldad,
Cuando departimos con otra gente.


Todavía me duele tu desplante
En la fiesta, donde los invitados
Vieron que yo tuve un gesto galante,
Y quedé con los brazos estirados.


Disimulé como pude el bochorno;
Sonriendo yo te sugerí marcharnos;
Con el rostro encendido cual un horno,
Salimos muy deprisa y sin mirarnos.


Quise ser considerado y cortés
Y gustoso te acompañé a tu hogar;
Desde ese mismo día, como ves,
Para nada he vuelto a importunar.


Pido para ti todo lo mejor,
Así esto no nos haya funcionado,
Espero que tú encuentres un amor,
Y dichoso, cada uno por su lado.