Decidme, dónde, en qué país
Esta Flora, la bella romana;
Archipiada y Thais
Quien fue su prima hermana;
Eco, que hablas cuando el ruido mana
Sobre el río o en el estanque,
¿Quién tuvo belleza más en demasía que humana?
¡Más dónde están las nieves del ayer!
F. Villón
Una bella cortesana
La madrugada iba revelando poco a poco
Su cuerpo desnudo sobre el lecho
Pálida e inmóvil como una flor rota
Llenaba mis ojos con su belleza.
A veces la iba a buscar muy temprano
Anticipando el placer que me esperaba.
Recuerdo perfectamente el trayecto hacía su local;
Poblado de altos árboles
Y calles empedradas,
La reja de metal oscura
El sonido del timbre
Y verla aparecer al fondo
Alta, achinada siempre sonriente
En su apretado jean o breve minifalda.
Luego la penumbra de la habitación
Verla desnuda extenderse sobre la cama
Mientras sus senos generosos me invitaban a besarlos con locura
Y el placer de saberla húmeda y excitada
Aferrándose a mí por un tiempo interminable
Sin querer soltarme
Hasta que por fin caía rendida de placer y de cansancio
A mi lado como una tierna puta enamorada.
Su risa alegre y desenfadada
Llenaba como alegre campañilla aquel lupanar.
Nadie le pudo echar lazo;
Poseía el atrevimiento de la juventud,
Cuando todos te aman
Y no amas a nadie en particular.
A veces les pedía a los Dioses
Que me ayuden a olvidarla,
Pero ellos hablan otro idioma
Y ella era su protegida.
Intente en vano seguir los pasos de la lluvia,
La huella de los vientos
Te buscaba afanoso en mis sueños
En la espesa sombra de los bosques.,
Pero todo era inútil.
¿Cómo se puede atrapar el viento entre las manos?
Me consumía sin arder
Lentamente, por dentro
Cada vez que me acordaba de ella
Ese fuego tenía sus señas y su nombre
Bellísima Camireña
El día de hoy ¿por dónde andarás?
Orilla no tocada por el tiempo
Principio y término
Interminable travesía
Nostalgia y deseo
Capitán de un barco sombrío
Enfilando rumbo hacia al abismo.
Poseía el encanto de lo remoto e inasible
De aquello solo se puede conservar un pálido recuerdo,
Todo lo demás se pierde en el laberinto de la memoria
Y así transcurren mis días pensando que pudo ser de otro modo.
Suma de pérdidas y hallazgos,
De amores y sentimientos
Encallados en playas lejanas.
Buscando inútilmente ser amados a cualquier precio,
Almas atribuladas vagando por calles y avenidas
Mendigando un mendrugo de amor
Que nunca llega
Y luego callamos o disimulamos por dignidad
Para terminar llorando en silencio como niños.
Hoy vivo extraviado en la penumbra de su habitación
Donde se entregaba con desaforada pasión,
Me contó de su próximo viaje a tierras lejanas,
Jamás volvía a verla desde entonces.
Se convirtió en un número telefónico
Al que llame inútilmente tantas veces
Estoy condenado a buscarla
En cada mujer que poseo
Pero sé de antemano lo inútil de esa búsqueda.
¡Ah, los dioses no contestan
A los simples mortales!
El pasado me persigue con sus fauces abiertas
Un enorme campo de espigas
Onduladas por el viento
Son los caminos trajinados estos años
Camino hacia Santa Cruz o hacia Camiri
Buscándola inútilmente.
Quisiera envolverme de nuevo con su voz
Gozar en la penumbra de la habitación
Del fuego de sus besos y caricias
Pero de todo aquello solo queda un recuerdo
Que pesa mucho en esta soledad.
Todo es una ficción, una mentira,
Somos ahora los viejos que nos reíamos de los años
Y míranos ahora,
Pretendiendo reverdecer viejos laureles,
Viejos patéticos.
Los sueños, el placer, el olvido todo junto, todo uno
Quimera, realidad a quien le importa
Solo me importaba el placer de su carne
Alimentarme con su delicada sensualidad
Y verla desfallecer una y otra vez llena de amor
Llena de semen y sudor.
Mis brazos a su alrededor
Diciéndome palabras soeces en el oído
Era mi puta querida, mi puta joven, mi puta ingrata
De su ombligo, sus piernas largas y sus ojos almendrados
Hice canción y poesía
Belleza guaraní.
Vendrá otra vez el día a vestirte de flores y de hojas
Y este verano número 21 para ti
Lo vivirás cabalgando en la penumbra de otra habitación
Ya vendrán luego muchas noches de soledad y recuerdos.
Pero ahora solo quisiera penetrarte hasta que de desboques
Y mirando en el fondo de tus ojos grises
Dilatados de infinito placer
Sentir tus largas piernas atrapándome por la cintura
Aprisionándome toda la noche,
Mientras allá afuera la tarde se va volviendo noche
Y luego te quedes dormida en mis brazos
Para conducirte hacia mi reino
De placer y poesía.
Esta noche
Como otras de las 19 mil noches de mi vida
Pienso en ti
Como antes pensé en otras que también ame
A pesar de que en este instante te embriagas con otros,
Cabalgas en sus camas
E incluso lloras por alguno que no te merece
Héme aquí escribiendo poesía para ti
Oh Musa malagradecida.
Quisiera tatuar unos versos perfectos
Sobre la tersa cara interior de sus muslos
Y que mañana muy temprano
Leyéndolos por enésima vez
Recordará que fui yo
El que unió a tu belleza mi poesía.
Oh perfecto amor
Escurridizo, inalcanzable
Solo existe en mi imaginación
Porque tú no eres perfecta
Ni eres el amor.
Nunca pude conseguir que me amaras
Ni siquiera un poco
A lo más
Logre arrancarte la exquisita música de tus quejidos de placer,
Solo pude conseguir que tus suaves jadeos
Quedaran grabados para siempre en mi memoria
Nada de amor, solo placer, absoluto placer
Sin remordimientos ni reproches
Nada más.
Danzan las nubes en el cielo
Se agitan las ramas de los árboles
En torno a mi bailas como una diosa pagana
Las voces del pasado buscan redimirse
En el constante movimiento de los seres y las cosas
Arrié hace tiempo las banderas de mi juventud
Hoy llevo solo un pequeño pendón
Con tu nombre y un corazón grabado en él
Es todo lo que puede sostener mi brazo
No me esperen este abril
Estaré buscándola inútilmente
Por todas las casas alegres de la ciudad
Y me sorprenderá la lluvia en este vano intento.
El tiempo tiene tu rostro
Tus manos y tu aliento viven en la lluvia que me moja
Las huellas de tus pisadas están grabadas en el pasto tierno
Y el olor de tu sexo son las flores salvajes del infierno.
Eres puta
Re-putísima
Tú lo sabes
No me quieres
No quieres a nadie.
Eras solo un cliente para ella,
Un punto
Y pasas como pasan todos
En silencio y para el olvido.
La puta no ama a los clientes
Los desprecia.
El río Piraí lleva dibujado en su lomo
Los árboles y el cielo de Santa Cruz
Lento y manso a veces
Corre marrón hacia el infinito
La hierba crece alrededor
De la fuente en medio del patio
Y el pájaro canta
Temprano en la mañana
Y la tarde como un río inmenso
Arrastra recuerdos infinitos
Amores truncos y muchos olvidos
Y te golpean justamente
En el centro de tu pecho.
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