Mis venas ya tienen neblina
alojada en mis huesos estaba
es el mismísimo lenguaje de la tristeza
es el roció de soledad que nos empapa

partir de A hacia B es lo mismo
mejor yacer en un punto fijo
sin accionar se pierde uno y se da cuenta
de la histérica carrera sin metas y sin rumbo

una pizca de vida en el mar o en el cielo
o la caminata bajo las sombras de los tilos
luego todo da vueltas y da vueltas
y nos lleva de regreso a ningún sitio

ya quisiera yo abrir los ojos
emprender movimientos fijos y seguros
bañar mis ojos con el sol sin que lastime
arrojar una lagrima a la suerte

ya quisiera yo ser como un puente
que va desde la vida a la suerte
y no mutilarme tan consciente
y respirar sin el tormento de mis bronquios

pero patas para arriba uno entiende
que no hay atajos al paraíso o al oasis
todos los caminos se digieren
por la cruda realidad que nos devora

y llorar, llorar por el mundo y su hermosura
diluviar entero el camino a casa
porque hay quienes tienen tras la puerta
una tumba y un abismo que reclama.