Cada día entre ambos giraba en torno a pequeños conflictos que con dos o tres palabras convertían el día en una discusión distendida. Ella, flaca, de pelo mediano, castaño, y un lunar en su mentón, siempre callada pero con carácter, mi pequeña caja de maravillas, cuanto me había dado y cuanto le quedaba por darme, no somos una relación convencional, es mas como un amorío en una cuerda floja, en donde ambos profetan el amor que sienten por el otro pero al mirar al suelo, temen a caer y estrellarse en el piso, sobretodo ella, su único pecado fue quererme, y diablos como la quiero yo, vivo encerrado en mi mente sin conocerme, sin poder darle mas seguridad, soy solitario, de aquellos que no pueden vivir con nadie cerca, pero que aún asi lo único que desean es que esa mariposa que revolotea en el jardín se quede ahi, que cese su vuelo ya que la soledad y los pensamientos no son mas que idioteces tratando de justificar nuestras acciones.
Con ella cerca sabía a donde llegar, donde cerrar los ojos y confiar que todo estaría bien, ver sus ojos y poner alguna cara extraña, sentirme en familia, en ese pequeño cuarto, donde nadie mas entraba a nuestro pequeño refugio, ella tenía un lienzo en el cual yo podía pintar fantasias agridulces, desde su cuello hasta sus muslos. Nunca me cansé de sentir su piel, de sentir su aroma, sus manos y calor, hasta el día de hoy me deslumbra con su simpleza y sensualidad, pero como las historias no pueden ser un cuento de hadas, yo soy el pequeño crimen que ronda su mente, apuntando la pistola directo a su corazón, al menos así lo ve, mientras esta historia sobre la cuerda floja sigue dándome lunas y alegrías, y aun así, si estuviera dispuesto a jalar el gatillo nuevamente, el revolver no estaría en su cabeza, sino en el mio, quitándome cada pedazo de alegría que me queda, para dárselos a ella, para que en dos segundos recuerde aquel beso, aquella aventura viva que decidió recorrer junto a mi.
La mente humana es frágil y poderosa, de una sola situación uno puede llegar a muchas conclusiones, queriendo encontrar la respuesta a lo que nos atormenta, sin darnos cuenta que esa respuesta ha estado siempre ahí, y que podemos llorar o reir, odiar a alguien tratando de encontrar la explicación más lógica, y aun asi no tendremos la tranquilidad que tanto anhelamos, y en lo personal, ser un bastardo tiene ventajas y desventajas, pero los errores que cometí están presentes cada segundo, recordándome lo que perdí, y aun así estoy en la cuerda floja, colgando con una mano, y con la otra afirmándola a ella, y juro por mis raíces, y por mis ojos, que no la dejaré caer, que no habrán respuestas simples ni carreteras lisas, y si es necesario me arrastraré por el camino, con el simple deseo de tenerla ahí para no dejar que la vida se me escape. |