Regresar y encontrarte insospechada
Con la boca curtida por los años
Ausente y frente a mi como una lámpara
Alumbrando, apagada al mismo tiempo
Recordarte de nuevo,
No alcanzarte
Verte herida de amor, de soledades que nos llegan al hueso
Saber que he sido tuyo y de tu vientre
y que uno de estos días olvidarás mi nombre
Porque ahora repites
Cada tanto el silencio
Porque ahora te has vuelto solo un eco eclipsado
Y es que a mi no me bastan mil años o cien vidas
Si no se que en alguno de tus sueños despierto
Como cuando era un niño refugiado en tu falda.
Texto agregado el 26-10-2014, y leído por 204
visitantes. (4 votos)
Lectores Opinan
29-01-2015
Hasta la tierra que es madre de las flores... AMIRTEO
01-11-2014
¡Cuánto sentimiento volcado en ese texto! Clorinda
30-10-2014
Un texto tan brillante como duro. Eso es lo importante: que despierte algo. Y tú lo has conseguido. ollaida
La condena de tu escritura parece ya descifrada: el destinatario de tus esfuerzos será lograr ese cobijo añorado de tu madre. Suerte en tu empeño. omeros
26-10-2014
El temor que más tortura al corazón de un hijo, que por la edad o alguna enfermedad su madre olvide su nombre, la relación que los une. Qué tristeza invade el alma de solo pensarlo! Te comprendo perfectamente.*****Un abrazo. romie
26-10-2014
Merecidas palabras para quien siempre está con nosotros de cualquier manera... hgiordan
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