XV. MUJER
(En verso libre y en soneto).Para ti Patricia (fatamorgana) que eres mi amor y la mujer de mis versos, los dos poemas.
Continuación...
Hay veces en que un texto irrumpe violentamente a la luz del día que alumbra nuestros pasos, muchos dicen que es la inspiración, creo concordar en ello, pero al respecto debo precisar que es una de sus dos manifestaciones, la otra es en la cual ella se presenta por algún motivo externo o interno del creador, sólo como una voluntad de escribir o simplemente como una idea en bruto en el que la personalidad inconsciente presiona al poeta para entregarla a la luz en forma de poema, narración, ensayo, o novela, etc. A la primera la llamo Mozartiana y a la segunda Bethoveeniana, en honor a estos dos insignes y formidables Músicos, los que componían sus creaciones de manera diversa. El primero escribía la composición en un instante y en cualquier medio a su alcance, es decir con un cien por ciento de inspiración. En cambio el segundo, lo hacía basado en la inspiración en una idea musical y con un alto porcentaje de trabajo, en el cual poco a poco llegaba a la finalización de su obra musical. Ambos nos han legado las genialidades universales de sus obras. Al menos estas dos formas son las que en mis lecturas pude recabar hace ya bastante tiempo. No pretendo con lo anterior en manera alguna de clasificarme en este proceder. Pero, sí en una buena aproximación a ambas, en mis trabajos literarios. Si me sucede la primera, casi todo el texto quedan invariable, pero como dice el carpintero frente al mueble casi finalizado, hay que pasarle lija para poder barnizarlo y así el mueble quede terminado, debo entonces consecuentemente revisar el texto prolijamente, buscando todos aquellos detalles que mi autocrítica no les de el pase, para corregirlos en todos aquellas especificaciones que lo desmerecen. Este tipo de poemas en casi su totalidad me llegan con el sello de verso libre. El segundo tipo de inspiración en mi caso personal, sólo se da cuando estoy en la creación de un poema de corte clásico, en particular “el soneto” y casi nunca frente al tipo anterior. Trabajo la idea , hasta darle la forma adecuada incluso sobre poniéndome al cansancio . Eso sí debo hacer notar que en los dos casos si el texto escrito no es poético, lo desecho de inmediato pero una vez que lo he concluido. En el primer caso es más fácil darse cuenta cuando ello no se cumple y soy afortunado, pues en él no he invertido gran cantidad de tiempo, ni trabajo.
Bueno, la idea que traigo aquí, es tomar un poema ya publicado hace bastante tiempo, en el año 2004 y no solamente pulirlo aún más, sino tomarlo como un idea para llevarlo a una versión escrita como soneto, tratando de extraer de él, el máximo posible de sus elementos y por supuesto agregándole los ritmos correspondientes al soneto, en particular, el de número (endecasílabo), la rima (ABBA, ABBA, CCD, CCD), y el ritmo de acentos que le da finalmente la posibilidad de llamarse soneto. Creo que ambos, como lo pueden apreciar quienes lo lean, tienen poesía inmersa en ellos.
Así, traigo la versión en verso libre publicado en el año 2004:
I. MUJER
Energía radiante
péndulo de amor.
Alma que mueve montañas,
cuerpo refugio de emociones
pechos dadores de vida.
Rostro ungido por la ternura,
miradas que vigilan horizontes.
Haces florecer ríos en los ojos,
con labios que beben pasión
y manos latiendo anhelos.
Eres universo de caricias.
Tu sino es parpadear corazones
llevándolos a los jardines
de tu castillo encantado,
volcanes hacen lechos de fuego
dónde ríos de lava recorren
tus valles, tus montes...
Buscas germinar semillas
en el silencio de los pasos
con ilusiones adheridas a la piel,
recordando como tu alma
encarnó en la tibieza
del vientre de otra mujer.
¿Eso? Es sólo un átomo de lo que eres tú.
La versión en soneto, escrita hace un par de días en este mes de octubre de 2014:
II. MUJER
A todas las mujeres del mundo, este poema que es sólo un átomo
de lo que ella es. En especial a ti.
Energía radiante del amor
tú, mujer, eres alma vigilante
de un volcán en tu lecho desafiante
a pasiones de un rostro sin temor.
Tu mirada no tiene desamor
tienes rostro por siempre cautivante
a los ojos de tu hombre es expectante
de caricias por pieles en clamor.
Con tu rostro conmueves universos,
Ilusionan tus gemas hechas versos
donde ríos de lava queman ojos.
Tus latidos sensibles, tan inmersos,
en la espera de labios tiernos, tersos,
son el sino de dioses sin abrojos.
© Lionel Henríquez B. 25 de octubre de 2014.
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