Seguía los pasos de un corazón insatisfecho.
Un sin sentido perdido en el olvido.
Y Descubro que el sin sentido persiste aun con lo querido.

Que engaño cruel trama el corazón,
cuando con ilusiones nos convence que es correspondido,
casi enceguecido,
y estando cerca de tocarlo nos golpea en el rostro.

Con todo expuesto no luchamos,
se nos ata el corazón,
nos somete a esclavitud,
y de un zarpazo nos arrebata ser felices.

Porque... ¿qué felicidad existe en el sin sentido?
Como caminando en la oscuridad,
llevados de la mano,
por quien tampoco sabe a donde va....