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EL LUGARTENIENTE DE GENGIS KHAN


Tenur al Dim Hamadari, era uno de los mas importantes lugartenientes de Gengis Khan, ambos habían nacido en Chitu un pequeño pueblo de las estepas siberianas y pertenecían al mismo clan, el de Borjigin.

Desde jóvenes habían compartido prácticamente todo, convirtiendo con el paso del tiempo su amistad juvenil, en mutua fidelidad y admiración.

Tenur había participado en todas las campañas bélicas e invasiones promovidas por su terrible jefe contra turcos, tártaros y chinos, y no solo le respetaba, le admiraba, le servia y estaba dispuesto si fuera necesario a dar su vida sin pensarlo dos veces si fuera necesario, admiración y cariño que, guardando las distancias también Gengis le profesaba.

Se habían salvado mutuamente la vida en muchas ocasiones y siempre peleaban juntos para protegerse y complementarse.

Tenur se comportaba como cualquiera de los otros guerreros mongoles, eran hombres sin piedad con el enemigo, sin temor a la muerte y que no respetaban absolutamente nada, la fama de bárbaros que arrastraban se la habían ganado con creces por su extremada violencia y falta de clemencia, el terror que generaban había rebasado sus estepas y llegaba tanto al corazón de China como a las fronteras del sur de Europa.

Tenur se jactaba de haber cortado más de treinta cabezas en sus correrías y utilizaba uno de los cráneos como vaso que usaba siempre que la ocasión se lo permitía, para emborracharse con jugos de frutas fermentadas, mezclada con sangre de cabra, su preferida bebida.











Sus costumbres eran las de su raza, comía la carne cruda después de llevarla bajo la silla de su caballo durante seis o siete días tiempo necesario para que se macerara adecuadamente con el sudor de su montura, masacraba a los vencidos, quemaba aldeas, mataba a pobres labradores, destruía todo lo que encontraba a su paso, violaba a las mujeres de los pueblos conquistados, y vivía solo para luchar, matar y cabalgar. Lo único que consideraba importante era el valor, el valor estaba por encima de todo, no temía al dolor, odiaba la debilidad y ni la muerte le acobardaba, quitaba la vida a sus enemigos sin apenas compadecerles.

Probablemente tenia decenas de hijos, de sus esposas legales y del fruto de las violaciones que prodigaba en sus salvajes conquistas, pero había un hijo al que consideraba especial, era el primero que había engendrado de una de sus esposas, que quiso heredara su nombre y que había llamado Tenur Buga Abatai, le consideraba como su sucesor y desde que nació había depositado en el todo su cariño, bueno decir cariño en era decir mucho, digamos orgullo, deseo de continuidad o algo parecido.

Cuando tenía solo tres años, ya le montaba en uno de sus indómitos caballos esteparios, aunque le tenía que atar a la silla con correas para que no cayera.

Y andaba por los cinco cuando le obligaba a que le acompañara en alguna de sus correrías protegido por una armadura que le había encargado a la medida, para como decía, conociera el olor de la sangre y el grito de muerte de los vencidos.

Tenur Buga Abatai, no tuvo infancia, nunca pudo jugar, nunca recibió las caricias de una madre de la que vivió siempre apartado, solo conoció brusquedad, mandatos para que resistiera el dolor, el frío y las privaciones y los consejos que recibió de su feroz padre era que lo único importante en la vida era el valor y que no había que temer a nadie ni a nada.










Esa fue la vida que su terrible padre le obligo a llevar y que no tuvo mas remedio que aceptar sin poder oponerse.

Pero sucedió que en la primavera de 1218 Gengis se embarco en una dura campaña contra el imperio chino, que le obligo a alejarse con su hordas mucho tiempo, mas de dos años, Tenur Buga tenia entonces nueve años.

Y ocurrió que durante la ausencia de su padre, el niño que solo había conocido privación y violencia, comenzó a relacionarse con algunos esclavos turcos que en su aldea estaban para el servicio y quiso la diosa fortuna que fueran hombres cultos con grandes conocimientos sobre lenguas y filosofía, que habían sido arrancados de sus pueblos en uno de las múltiples conquistas mongolas.

Así pudo conocer otra forma de ser, otras sensibilidades ante la vida, otras formas de ver las cosas y fue cuando comprendió que la violencia era lo ultimo a lo que el hombre debía recurrir, que existía el dialogo, la diversidad de opiniones, la escritura, aprendió en seguida a leer y a escribir, a conocer la música y la poesía y en fin todo lo opuesto a lo que había vivido, y se enamoro de esa forma de entender la existencia.

Y llego un día en que su padre retorno, que casi de inmediato noto el cambio, los ojos de su hijo eran ahora dulces, su cara estaba siempre sonriente, no llevaba ni armadura, ni armas, ni nada parecido, hablaba con suavidad, se extasiaba ante un atardecer, tenia multitud de libros que había rescatado de los botines acumulados en la aldea y se pasaba el día tocando un pequeño instrumento semejante a una lira.

Trato de volverle a las costumbres anteriores, de hacerle reaccionar, de llevarle a lo que el pensaba era el correcto camino, le amenazo le castigo y le impidió seguir con las relaciones de sus amigo esclavos a los que de inmediato mato.









En fin hizo todo lo que el creía debía hacer para que su hijo fuera un gran guerrero, un terrible e inmisericordioso guerrero como él, como sus amigos y como eran todos los mongoles.

Pero Tenur Buga no cambio, siguió recitando poesías, contemplado la luna y los atardeceres y admirando la naturaleza.

Su padre desesperado llego al momento en que se decidió pedir opinión al Consejo de Ancianos presidido por Gengis Khan y no sin vergüenza les contó lo que sucedía.

.- Primero se asombraron, no podían comprender como el hijo de Tenur al Din Hamadari uno de los mas terribles y valerosos guerreros, como había demostrado en cientos de batallas, tuviera esas debilidades e incomprensibles desviaciones.

.- Después se enfurecieron ante la situación

.- Después se enfurecieron aun más.

.- Y finalmente se expresaron, le dijeron que la solución la tenia él en sus manos o mejor dicho en su espada y que no podía permitir esa afrenta a su honor, pero que si no lo solucionaba de inmediato seria el Consejo de Ancianos los que lo harían por él

Tenur al Din Hamadari actúo en defensa de su honor y en el de los principios de su mongola estirpe, esa misma tarde descabezo a su hijo y para poderle recodar en el futuro, utilizo su cráneo para hacerse otro vaso, que cambio por el que había usado hasta el momento desde el inicio de su azarosa vida.


Fernando Mateo
Octubre 2014

Texto agregado el 24-10-2014, y leído por 213 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
24-10-2014 Me parece que esa práctica sigue llevándose a cabo. Bueno, los padres ya no matan a sus hijos por no seguirles los pasos, pero si los limitan, les cortan las aspiraciones y los recursos y los amargan con desmotivaciones crueles. Los aniquilan "espiritualmente"...y a veces es casi igual que asesinarlos de forma física. Muy buen relato. Arenyndriel
24-10-2014 Una entretenida historia,con un final "Bárbaro".UN ABRAZO. gafer
 
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