Llevo tiempo sumido en la ausencia más absoluta,
incluso de mis propias memorias y reflexiones,
me mantengo suspendido a través del espacio vacío,
de la nada más oscura...

Consciente de mi existencia pausada,
sólo escucho un leve susurro ocasional
que transita intermitente entre el sueño y la vigilia,
cuando de pronto aparece una luz,
que me ciega y lastima...

Verte entre la gente y el sueño en que no te tengo,
me resulta doloroso en demasía,
en el vano intento en que no te mire fijamente,
y aunque me hiera, sonría...

Busco tu mirada entre la multitud que se arremolina en derredor tuyo,
y pasas de largo esquivando mis pupilas que ansiosas,
intentan inútilmente reflejarse en tus ojos tristes y dubitativos.

Vuelve la oscuridad repleta de imágenes difusas,
es el tiempo en que la memoria se dispersa y desaparece,
cuando los recuerdos se desgastan perdiendo brillo,
y tu efigie me resulta ahora insuficiente para morir...