Sufres porque no me ves
no me oyes ni me puedes adivinar;
sufres porque ando ignorado
escondido y disfrazado
entre tanto pasaporte y carnet
no sabes de mí
ni de mi fecha de nacimiento
ni del número de zapatos que calzo.
Sufres porque mis ojos no te ven
y sueñas conmigo recostada en el diván del crepúsculo
me buscas entre tanto rostro que va y viene
quieres tomar mi mano y caminar conmigo
pero yo huyo con el viento
atado al reloj de la luz.
Sufres como sufro yo
con la lágrima atada al pañuelo
con los ojos vacíos
con las manos frías.