Cada vez que estés a punto de criticar a una persona detente por unos segundos y recuerda como te sentiste cuando alguien hizo lo mismo contigo. Antes de hablar imagina que te están diciendo exactamente las palabras que estás por pronunciar y experimenta la sensación que éstas provocarán en ti. Ello te hará abstenerte de criticar o al menos te permitirán buscar otra manera de decirlo. Por qué? Porque es fácil decir que esto o aquello no es correcto únicamente porque no se está haciendo de acuerdo a la manera que pensamos que debería ser. Quizá si siempre practicáramos este ejercicio nuestra relación con los demás sería diferente. Cuántos dolores nos evitaríamos también! Porque duele cuando nos critican, pero no pensamos en el dolor que otros sienten cuando la crítica es de parte nuestra. Aún las famosas críticas constructivas pronunciadas en forma inadecuada lastiman. Y por ello en la mayoría de los casos no funcionan. Pongamos un poco más de atención y evitemos ese hábito de criticar.

Romie