De cuando en cuando Bahlúl se iba a la playa para ver el ocaso del sol. Un día, allí donde las arenas doradas brillan y la brisa del mar acaricia, vió a una persona cuyos los pies están bien sentados y las manos se ven colocadas en las mejillas que está observando el mar. Y ese hombre padecía de una dolencia mental.

Bahlúl se equivocó del pose que hizo esa persona y creía que era muy poético, por el que se acercó de él y le preguntó:-¿Te gusta ver ocaso del sol?- No, dijo el hombre cuya enfermedad es mental. Bahlúl se exlamó:- ¡ Entonces a qué se refiere esa forma de sentarse.! ¿ Has venido aquí para observar el mar?- En ese momento, el hombre le dijo que estaba pensando en una cosa muy interesante, y que tenía relación directa con el mar.

¡ Y cuál sería esa cosa que te hizo exponer de manera exquisita! Contestó Bahlúl con gran sorpresa. El hombre le explicó:- Siempre me ocurió una pregunta bastante difícil. ¡ Sabes, hasta el momento no he podido llegarme a la respuesta.-
Bahlúl le pidió que le dijera la pregunta, probablemente hubiera tenido una respuesta. El hombre recitó su pregunta diciendo:-¿Imagínate, Si todo el mar que está encima de nosotros fuera un jugo de nectarinas, cuántos vasos nos faltarían para poder consumirlo plenamente.-

Al parecer Bahlúl era una víctima de delirio porque no pudo concebir esa pregunta muy excéntrica. Después de la cual, gritó :-¡ Dónde me entierro, me voy al funeral ! Sin duda alguna, este hombre está como una cabra.-