La noche de anoche ¡nuestra noche!, nos amamos con pasión erotizada, en la cama, en la ducha, parados, tirados en el piso, sobre una almohada. ¡Ah qué noche la de anoche! Hicimos del sexo un derroche, tú arriba yo debajo, a la inversa y viceversa sin ningún reproche.
Al alba, después del trasnoche y recuperadas las fuerzas, ¡otra vez el amoroche!, lo hicimos como “Chivito en precipicio”, como “el misionero”, a la antigüita, “de cucharita”, futurizando inventamos “el paso de la muerte”. Tuvimos sexo en repetición instantánea, “escaneando” y en cámara lenta. ¡Ah, la noche de anoche… qué desmoche!
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