Sin saber cómo termina

¿Habrá algo más real para el cerebro que sus propias percepciones?... En un mundo en el que se comparten las conciencias, los seres humanos dan prueba de lo que les rodea, contando o codificando aquello que se siente, oye y ve, en palabras, lenguajes y experiencias. Esta cuestión colectiva que llamamos realidad devela algo de lo que construimos todos.
Bajo esta lectura que se hace de lo que nos rodea, se da cuenta también de las existencias, aquellas otras mentes que develan parte de lo que conocemos, y lo que desconocemos. Algo tan maravilloso como entender la propia rotación de la tierra y lo que hay en las estrellas -tan lejana hasta la que tenemos más cerca-, es posible gracias a lo compartido y conocido de persona a persona, ya sea por escrito, por medios audiovisuales, por voz popular, o por cualquier medio que sirva para comunicarnos, así sean los mismos genes.
Es por ello que la pluma y hoja expresan esto que intento comunicar: ¿Cuánto hay de real en los que habitan dentro de cada quién, cuando nos muestran el mundo que ellos perciben?