Cuando llegaron al pie del patíbulo, al codenado le hicieron la consabida pregunta:
-¿Cuál es su última voluntad?
Recordó muchos momentos felices de su vida. Entonces su voz angustiosa retumbó en los oídos de sus verdugos: “¡Qué no me maten!”.
Alberto Vásquez.
Texto agregado el 14-10-2014, y leído por 260
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Lectores Opinan
20-10-2014
Yo creo que todos deben desear eso,es normal*****
Victoria 6236013
14-10-2014
Buen disparo... pero mejor morir que quedarse sin voluntad. tetractys
La pena de muerte esta abolida en la mayor parte de los paises, tu escrito viene a reafirmarlo. Me gustó pacurro
14-10-2014
al que matan la voluntad no le pertenece, solo puede pedir un deseo ya que la voluntad le es ajena... el condenado a muerte pierde ciertos derechos, trabajo en esa área alejandro_fernandez