“Las cosas suelen no estar más allá sino más acá", es mucho el tiempo que se derrocha tratando de buscar la felicidad, sin embargo, descaradamente digo que siempre hay tiempo.
Usualmente mientras no hay dificultades la mayoría de personas, incluyéndome, son felices, porque nos aferramos a esas zonas de confort que generan bienestar, tanto que la dependencia nos obliga, nos enmarihuana, nos pierde, nos predice…
La amiga de mi prima ha tenido tres novios en menos de un mes y cada vez que tiene uno dice que ese es el amor de su vida, ¡nadie como él!, aunque la realidad es otra, es feliz con lo que tiene en el momento, ingenuamente depende del presente y no del pasado, ni siquiera del futuro porque a pesar de proyectarse no hace nada al respecto, es una “marihuanita muy berraca” la que la mantiene al pie, pero es feliz.
Con el corazón bombeando, una de mis amiga me contaba acerca de su experiencia en la Cumbre Nacional de Educación en Antioquia, y como yo comparto ese tipo de filosofar respecto a la educación, le pregunté sobre ello, resulta entonces que al leerla, porque hablábamos por Facebook, me parecía tenerla bastante cerca, se notaba en sus palabras la energía y la viveza con que experimentaba internamente el buen sabor que había quedado dentro de ella al haber asistido, era feliz y fácilmente me contagió, aunque yo no fui, me sentí feliz.
Otra de mis favoritas, me contó que después de tener algunos percances en la relación son su “malévola hija” (jajajajaja, que malo soy) habían salido en una tarde a compartir juntas, fueron al parque, a comer, a mercar, conversaron, se endulzaron el corazón con esos piropos de madre e hija, a pesar de las circunstancias y otros dEtAllEs de la vida, habían sido felices y yo como una esponja absorbí esa felicidad, saber que estaban bien me hizo feliz.
Puede parecer que tengo muchas amigas pero no son muchas ciertamente, una de ellas hace alrededor de dos semanas se fue a vivir sola, “se independizo la zarrapastrosa esa” (envidia de la buena), cuando conversé con ella la sentí bastante decidida después de haber tenido sus propósitos un poco trabados, me hablo sobre sus experiencias en el trabajo y en su vida social… sentí que estaba hablando con otra persona por el cambio de mentalidad tan significativo que había tenido… lo cual me hizo me lleno de satisfacción y admiración por ella.
O por ejemplo mi amigo de Chile, me abordó porque hace días no hablaba con él, me pidió que realizáramos una video llamada; mientras conversé con él… me sentí feliz de verlo a él también feliz porque me estaba viendo a mi feliz (son muchos felices pero no importa)…
Y en otras muchísimas situaciones he sido feliz de cuenta de los demás, derrochando generosamente esa felicidad, bañándome en ella, como un rico en sus billetes… o como la pobre viejecita de Rafael Pombo… lo interesante es que la felicidad no está más allá si no más acá, traspasa el concepto de espacio y de tiempo, no hay que bucear mucho para encontrarla, porque está en la familia, en los amigos, en los vecinos, en los conocidos… y más que estar en ellos es en los momentos que se comparten… así que: si USTED AMIGO está leyendo esto y el problema es de felicidad, no os preocupéis que ahí está, ahí a su lado, no sea cegatón, solo tiene que agarrarla y saborearla…
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