Hola queridos amigos:
Les cuento que hace unos escasos meses volví a nacer, fui operado de una intervención quirúrgica, de esas que causan pavor. Pero no se asusten no voy a comentar la enfermedad que tuve, las cosas tristes hay que olvidarlas.
Uno de los médicos que me atendía con esa gentileza y cariño que caracteriza a muchos galenos me dijo palabras más palabras menos:
—Debe estar consciente a su edad, de que ya ha vivido mucho tiempo. Así que lo que le queda es ganancia.
Yo, guarde silencio por ese prurito mal entendido de respeto que les tenemos a los terapeutas, pero dentro de mí pensé: “grandísimo cabrón aún se me ocurren muchas pendejadas que realizar”.
Ya en mi estudio acompañado del Sam, mi fiel perro labrador, comencé a meditar sobre las situaciones de nuestro diario vivir. Hemos sido condicionados desde la infancia a cumplir con el deber, a tener normas de conducta y otras zarandajas por el estilo, el temor de Dios que siempre nos preocupa y que nos quita ratos felices.
A mi hijo menor que ya lleva dos divorcios, pues el atarantado se ha casado con “princesitas” que todo lo quieren y que por falta de dinero lo mandaron a la fregada y ya mero es “cuarentón”, se me ocurrió decirle:
—Sabes, no me gusta que estés solo, consíguete una buena muchacha y rehaz tu vida.
Él me dio la callada como respuesta, no me hizo caso y ha seguido con su vida de soltero sin compromisos. ¿Y saben qué? Comprendí que tiene razón, si vive “a toda madre” para que complicar la existencia. Es entonces cuando se me ocurrieron ciertas reflexiones que se las pongo a consideración con perdón de las buenas conciencias de las que me he separado.
Primera reflexión:
NO HAY MUJERES FEAS, LO QUE HAY SON HOMBRES CON FALTA DE IMAGINACIÓN.
Segunda reflexión:
EN RELACIÓN A LA FÉMINAS, CUANDO EL HOMBRE ES DE EDAD, DE LAGARTIJA PA’RRIBA TODO ES CACERIA.
Tercera reflexión:
“BOCADO DE CARDENAL”, EXRESIÓN COMÚN GRACIAS A TRES MARAVILLOSOS VERBOS QUE CON SINGULAR ENTUSIASMO EMPLEABAN LOS CARDENALES MEDIEVALES (Y EN ESTOS TIEMPOS AÚN LOS EMPLEAN) QUE SON: YOGAR, LIBAR Y YANTAR.
De lo anterior sale la cuarta reflexión:
NO HAY QUE HACER CASO DEL QUE DIRÁN, HAY QUE VIVIR RODEADO DE VINO, MUJERES Y DESMADRE.
En esto estaba muy entusiasmado con mis reflexiones cuando entró Martita, mi esposa, al estudio. De inmediato el lambiscón de mi perro le movió el rabo y se echó a sus pies. Ella me preguntó: “¿qué haces?” Y a mí no me quedó más remedio que decirle la verdad: “nada mi reina, aquí como siempre de hocicón y de pendejo".
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