Rendida...
Lágrimas de sangre lloran
mi incierto fracaso.
Victoria...
Amor añorado
punzando en mis venas,
rescatado por el héroe
que iluminó mi mirada,
milagro de vida,
sentido de la familia,
esa espina que apartaste
con suma dulzura...
Efímero...
El viento que sopla
el total desamparo,
cuando tu fé jamás
vaciló ante mí...
Incierto...
Futuro que adornarías
de rudas bellezas,
mientras mi nostalgia
vive en el silencio.
Humana...
La forma en que llega
tu esencia a mi vida,
el modo en que dices
que siga luchando.
Divina...
La esencia que fluye
de tu confianza ciega,
el riesgo del miedo
que sometes sin más,
la mansa tranquilidad
que me traes
mientras dibujas la puerta
que busqué y no hallé...
Y sería tan desagradecida
si no supiera apreciar
que soy verdad gracias a tí...,
que el desamparo pierde
significado, cuando mis miedos
callan..., y pronuncias mi nombre...

(02/12/03)