Días amargos que contestan
a gritos: ¡Auxilio, auxilio!
El desprecio,
sin aprecio alguno,
momento de tristeza,
llanto y dolor,
la pena reina
detenida en sombras oscuras.
Negro, es el luto
donde las lagrimas
brotan por largas horas,
un río fúnebre,
muerto está el llorar
que salen de los ojos
apagados, rojizos.
Maulla la cabeza cabizbaja,
sentimientos heridos
como puñaladas en el corazón
enriquece el olvido
de si mismo, que murmura
desesperado, tal vez
se apresuran los nervios.
El mareo
de los cuerpos adormecidos,
profundo pensar
causando depresión,
no tiene existencia
y al despertar está sonámbulo
por el sufrimiento
desconsolado,
aun sigue triste,
largos minutos,
ratos extensos atemorizado queda,
la mala suerte lo encubre.
Funesto está el día... |