El más grande deseo del ateísmo,
vida eterna y de buena calidad,
el ser dichoso hasta la eternidad.
escapándose del eterno abismo.

Muchas leyendas existen en el mundo,
pero hoy les voy a contar la mas vieja,
trasmitida por el menos moribundo,
el hombre que escapo de esta reja.

Esta cárcel a la que llamamos muerte,
sentenciados a la cadena perpetua,
puede que sea el hombre con más suerte,
pues no respeta ley física ni fetua.

Nadie sabe como fue que lo consiguió,
dicen que bebió del agua de la vida,
otros dicen que Dios fue quien lo eligió,
solo lo sabe quien en su piel anida.

Lo cierto es que el ha elegido ya,
empezar a contar su longeva vida,
pues su alma está siendo consumida,
por el típico confidente que se va.

(De ahora en adelante mis escritos serán continuación de este, salvo una que otra rara excepción)