Hace tiempo que no escribo, que no intento poner en el papel alguna de mis ideas. Me gustaba mucho empezar un historia y dejarla seguir, era como si tuviera vida propia, de repente iban muchas líneas escritas con pasajes de una historia coherente y casi siempre fantástica, nada real, nunca pude escribir sobre la realidad y no es que no me gustara es solo que era más fácil expresar la irrealidad de mis pensamientos.
Muero por volver a contar historias. ¿Cuándo me detuve? Después que terminé con Christian y empecé con Bruno, por el rencor y el placer que me produjeron los dos y después solo Bruno. Porque él siempre ha sido capaz de llevarme a los extremos de mis sentimientos, de ponerle sal a mis heridas y hacerlas doler mientras sanaban.
Hoy que ya no puedo escribir historias fantásticas quizás pueda escribir sobre Bruno y lo que le permití, pero eso no fluye y no es un cuento nuevo, es algo de lo que se ha escrito muchas veces: una mujer despechada consigue un amante algunos años menor que ella y empiezan un idilio trágico. Es una historia que no tiene fin, porque todavía no termina y ya van seis años de lo mismo, no estoy segura de que sea trágica, quizás si pienso en que nunca viviremos juntos, él tiene novia y un hijo en camino. Tengo más tiempo con él que su mujer, unos meses antes, como pasó y por qué se mantiene hasta hoy es cuestión de imaginarse que no me quiero mucho. En realidad nunca lo tomé demasiado en serio, él habló de amor alguna vez, nunca le creí. Y ahora no tiene caso, somos amigos con derecho. El sexo es bueno como podrán imaginarse y creo que ese vínculo es muy fuerte y no se rompe. He estado con otros hombres, siempre deseando que sean lo suficientemente buenos para librarme de Bruno y no ha sucedido hasta ahora, siempre termino volviendo a él. El último estuvo a punto de lograrlo, pero se rindió muy rápido, imagino que ya estoy vieja para que peleen por mí. Es inevitable que sientan la presencia de Bruno, aun si no lo menciono, aun si logro alejarme de él lo suficiente para olvidarlo un poco, es como si lo olieran en mi piel, algunos dan pelea, otros simplemente se alejan, como el último. Moriré sola, aunque Bruno ha prometido que jamás me abandonará, no le creo. |