Ese día había decidido no abrir el twitter, lo dejaría pasar, sus amigos lo entenderían y si no.
Que más daba, estaba claro que su seguridad era prioridad.
Sonó el timbre.
Abrió la puerta, abajo en el piso estaba un sobre, lentamente lo levanto observando a los alrededores para ubicar a la persona que había tocado.
El televisor de la sala transmitía: “esta mañana ha vuelto a atacar el asesino de las redes sociales, encuentran en su dormitorio muerta a una persona ….”.
Cerró la puerta y con el sobre en la mano se dejó caer en el sillón. Con temor, indecisión y ansiedad lentamente abrió el sobre, Una alarma sonó fuertemente, sobresaltándolo.
Apago la alarma y leyó.
Antes de desmayarse supo que era una mentira.

La policia hacia sus investigaciones, unos oficiales entrevistaban a los vecinos, otros tomaban huellas de la perilla de la puerta. El oficial Wilbert tomo con unas pincillas la carta ensangrentada que aun sostenia el muerto en su mano.

Aquella carta decía
@elasesinotweet
VIVIRAS Y SERAS FELIZ POR EL RESTO DE TU VIDA.