Santificarte sería.

Quiero beberme la luz
que la luz de esta vela refleja
en tu boca.
Y cerrar los ojos después
para encadenarte a la
argolla que asegura
la prisión de mi
melancolía.
Quiero clavar en tu frente
la manilla pequeña del reloj
y recorrer con la grande el
atajo hacia tu pulso,
haciendo parada en la
estación de tu ternura.

Sería más que quererte.
Santificarte sería.

Quiero bucear en tu pupila
con cada parpadeo,
y alcanzar la orilla del piélago
en tu piel,
que es infinita.
Quiero resolver la ecuación de
la incógnita de tu vida,
y olvidarme en un instante
de la mía.
Dejarme en ti concluida.
Ser yo tu verbo y mi
sujeto tú, en esta oración
de sueños que estrechan
la lejanía.


Sería más que querete.
Santificarte sería.