Sabes?? Hay historias que creemos terminadas, y a las que les falta el moño.
Primero llegaron tus "primas", dos mesitas de luz francesas preciosas, con mármol blanco y beige. Un poco destartaladas, la verdad. Estaban laqueadas, y la pintura tapaba un poco el trabajo delicado de marqueterie que tenían en las puertas y los laterales.
Fue una decisión jugada lijarlas, nunca habia agarrado una lija!!.
Pero las compré con ilusión, y a medida que la madera quedaba blanca y limpia, y el dibujo aparecía, me di cuenta de que lo estaba haciendo con amor. Con amor para mí.
Lijar, pasar un trapito seco y ver la veta de la madera. Madera de años, muebles con historia.
Eran de Silvina. Ella se divorció, y las mesitas tenían demasiada carga de recuerdos. Se desprendió de ellas como hizo con tantas cosas importantes. El negocio de arte, el matrimonio de tantos años, las ilusiones en común...mucho dolor, y la necesidad de seguir adelante a pesar de todo, estirando los brazos al cielo como las ramas de un árbol, uno que se quedó sin raices.
Ella tiene el don de curarse pintando. Seguramente inventó nuevos colores.
No se por qué, sentí que eran para mí.Fue verlas y saber que eran ellas, una con la pata desclavada , la otra con la puertita un poco suelta, las que iban a acompañar mís noches, sostener mi taza de té, y el canasto con mi gata gorda.
Las pinté con aceite de nuez, sencillito y perfumado.
Encontrarte a vos fué otra aventura.
Llegaste de lejos, toda una dama antigua. Con tus herrajes de bronce y tu mármol pesadisimo, color verde agua. Se te nota tu pasado de gloria en la delicadeza de los trazos en la madera.
"No son del mismo juego", me dijo un amigo.
Y no. Son sobrevivientes. Como Silvina. Como yo.
Ahora estamos juntas.Te miro e imagino por dónde habrás andado, qué ropa llenó tus cajones, qué manos los abrieron y cerraron,quien te cuidó tanto para que hayas llegado a mi tan linda, señora paqueta.
Pasé todo el fin de semana vaciando las mesitas y la cómoda viejas, después de siete años ya era necesario cerrar la historia.
Se fueron a otra casa, con mis viejos fantasmas.
A mi me acompañan otros fantasmas ahora, los que trajeron ustedes.
Ya nos estamos conociendo.