CUENTO MÁGICO
Era una bonita ciudad con largas y soleadas calles, donde alegres jugaban los niños y niñas. La ciudad tenía casas encantadas, pero había solo una, con un patio mágico.
En la casa del patio mágico vivía una niña, a la que le regalaron su primer libro de cuentos...Ella estaba alucinada con su grueso libro...había toda clase de cuentos "Pulgarcita, El gato con botas, La liebre y la tortuga, Blancanieves y los siete enanitos, La bella durmiente...pero el que más le llamó su atención fue el del Príncipe feliz..."
(La estatua del Príncipe Feliz estaba cubierta por hojas de oro, sus ojos eran dos zafiros, y tenía un rubí en el puño de su espada.
Una noche llegó a la ciudad una golondrina, y al posarse en la estatua vio que esta lloraba, porque desde lo alto podía ver toda la miseria de su ciudad. Entonces decidió quedarse un poco más para ser su mensajera, a pesar de que sus amigas ya habían partido para Egipto y de que cada vez hacía más frío...Autor Oscar Wilde)
Una y otra vez leía y releía su cuento favorito, sentada a los pies de una gran higuera que crecía en medio del patio mágico. La higuera con su grueso tronco, sus altas ramas y sus grandes hojas, daba una fresca sombra en las tardes de verano.
También habían arbustos y lindas flores, entre los que vivían hadas y duendes.
Mientras todo el mundo hacía la siesta, la pequeña imaginaba un final diferente para la fiel golondrina , que cada tarde moría a los pies de su amada estatua...ella, pensaba, que no merecían tan triste final, después de todo el bien que habían hecho a quienes lo necesitaban...
Con el paso de los años, la niña, creció convirtiéndose en una hermosa mujer, y ella, nunca quiso ser de un príncipe princesa, solo quería... unas alas, de golondrina eterna... |