Tu pelo suelto cautiva al viento, La noche larga que fragua el tiempo. Tu sien tendida sobre mi hombro, Mi mano atada entre tus dedos. Las horas mueren –murmuras triste-. Somos recuerdo, pasado simple. Se abre el alba, la tenue sombra, En tu mirada la lluvia moja. Contemplo así tu alma tibia, Un mar que llora por la partida. El fin eterno que nos conmueve, Tu boca fría cuando nos prende.
Texto agregado el 18-09-2014, y leído por 212 visitantes. (1 voto)