ODIADA POR TODOS
Era la menor de una familia numerosa, pero no numerosa, muy, pero que muy numerosa, tenia ocho hermanos y posiblemente tendría muchos mas en el futuro porque sus padres eran aun muy jóvenes y en lo referente a primos, los tenia a montones, porque tanto sus tíos por parte de madre como por parte de padre tenían muchísimos hijos.
Por lo que estaba acostumbrada a vivir casi en multitud, aunque esto no la traumatizaba, desde que nació había sido así y le parecía totalmente normal compartir espacio, juegos y actividades.
Vivía en el centro de la ciudad y solo conocía las calles de cuatro o cinco manzanas próximas, en rarísimas ocasiones se alejaba mas, su universo era muy reducido pero no sufría por ello, tenia una casa relativamente confortable, una vez acostumbrada a la multitud de familiares, era querida por sus padres, nunca le faltaba la comida, se alimentaba muy bien, tenia un gran apetito y prácticamente le gustaba todo, nunca le habían tenido que insistir para que comiera, estaba incluso algo gordita.
Se pasaba todo el día de acá para allá, jugando con sus parientes y vecinos y probando cosas cada vez que tenía oportunidad que era continuamente, el hacer dieta no era algo de lo que hubiera oído nunca hablar ni ella ni sus conocidos.
Se llevaba muy bien con todos y le encantaba salir a dar una vuelta por los alrededores, sobre todo por las noches, su familia siempre decía que la noche era infinitamente más interesante y mucho mejor que el día y ella así lo creía.
Pero a pesar de que en apariencia tenia una vida fácil y sin problemas, era profundamente infeliz, todo debido a que tenía un carácter extremadamente sensible, sensibilidad de la que al parecer carecían sus parientes.
Ella necesitaba ser querida, necesitaba sentir el afecto de los demás, de todo el mundo y no le bastaba solo el de sus próximos.
Pero lamentablemente en cuanto salía de su casa y paseaba por calle se sentía despreciada, continuamente sorprendía miradas en las que se reflejaban asco y repulsión, era una sensación que la obsesionaba y que siempre tenía presente.
Estaba siempre obsesionada por esas sensaciones y continuamente estaba dando vueltas a ellas en su cabeza ”¿Pero porque no me quieren?” pensaba “si yo siento mucho amor hacia los demás, si trato de quererlos a todos, si procuro continuamente ser simpática e incluso hacerme la graciosa para que me dediquen al menos una sonrisa, y a pesar de todo me rechazan haga lo que haga y ponga la cara que ponga”
A veces comentaba esto con sus hermanos y conocidos, pero no le hacían caso, le prestaban muy poca atención y la despachaban con frases como.
“¿Y a ti que te importa, si alguien no te quiere?, pues no les quieras tu a ellos, pasa de la gente, refúgiate en tus amigos y en tu familia que ellos si te aprecian y no te preocupes de los demás, deja de pensar en ello y no seas tonta”
Pero no podía remediarlo, necesitaba ser querida, ser aceptada por toda la humanidad, ser apreciada, quería recibir más afecto y no solo el de los suyos, y no sabía como conseguirlo.
Trataba de tener buenas relaciones con todos y que la aceptaran tal y como era, pero no daba con la clave para conseguirlo, era respetuosa siempre, ponía siempre buena cara a todo, nunca ofendía a nadie, pero no servia de nada, siempre recibía una mirada de rechazo y en muchas ocasiones de odio.
Hasta el momento no se había atrevido a hablar del tema con sus padres, estaban siempre muy atareados, su padre tratando de que no les faltara alimento a ninguno de ellos y su madre criando y cuidando del hogar, hasta que al fin un día se decidió y busco la ocasión para hablar a solas con su madre en plan confidencial.
“ Mama” le dijo “excepto los miembros de mi familia y nuestros vecinos, todos los demás en cuanto salgo a la calle me miran con desprecio, tratan de apartarse de mi, cambian de cara y la ponen de asco, estoy segura que me odian, y yo no les he hecho nada, incluso aun es peor si trato de acercarme mas para ser amable con ellos, me esquivan y se apartan, no lo puedo soportar, yo quiero ser querida por todos, ¿Porque me pasa esto?, dime ¿Es que soy tan horrible?”
“Hija mía” le contesto su madre con lagrimas en los ojos “no eres nada horrible, eres encantadora y buena y no te odian a ti nos odian a todos, y no lo podremos nunca remediar, te debes acostumbrar porque el rechazo que notas se debe a que todos nosotros somos ratas, y ese es nuestro destino”
Fernando Mateo
Septiembre 2014
|